El Tribunal de la Cámara en lo Criminal y Correccional de la Tercera Circunscripción Judicial en Chamical, presidido por Walter Ricardo Vera y las vocales María del Mercedes Molina y María Alejandra López, condenó a Mauro Peña a 40 años de prisión por homicidio doblemente agravado por el vínculo y femicidio. El fallo se dictó por mayoría de votos, y Peña fue declarado culpable y responsable del asesinato de Melina Rojas, ocurrido el 26 de enero de 2021 en Olta.
Melina Rojas, de 29 años, fue apuñalada en el tórax mientras se encontraba en su vivienda. Su madre fue quien alertó a la policía sobre el ataque, y Mauro Peña, quien era su expareja, fue detenido como principal sospechoso. La herida resultó mortal y llevó a la trágica muerte de la joven.
Enrique Stoller, abogado de la familia de Melina y querellante en el caso, se refirió a la larga historia de violencia que sufrió la víctima. “Melina había realizado múltiples denuncias, incluso en Tribunales, y en medio de las discusiones con Peña, se decidió que la hija de ambos permaneciera con la abuela para protegerla”, explicó. Sin embargo, agregó que Peña constantemente volvía a la casa y continuaba con las agresiones.
Stoller reconoció el trabajo del juez de instrucción que, según él, fue clave para lograr una condena basada en pruebas contundentes, como el entrecruzamiento de llamadas telefónicas y el ADN de Peña en una toalla utilizada por Melina en el momento del ataque. “Fueron pruebas que no fueron sencillas de obtener, pero su gestión permitió que se presentaran ante el tribunal”, afirmó.
Sin embargo, el abogado también expresó su frustración con el sistema judicial y la falta de herramientas efectivas para proteger a las víctimas de violencia de género. “Todavía no hemos encontrado la manera de evitar que un hombre vuelva a la casa y continúe con las agresiones, incluso después de que se le ordena detenerse. Las víctimas deben soportar un ciclo enloquecedor de denuncias repetitivas, y muchas terminan resignándose”, lamentó Stoller.
El abogado criticó la falta de recursos en los tribunales, los cuales, según él, “no pueden llegar con todo”. Recordó que en el momento en que Melina intentó denunciar el acoso, la oficina de la Mujer en Olta aún no estaba operativa. “La secretaria dijo que estaba con COVID y a nadie se le ocurrió levantar un teléfono o mandar un policía a la casa”, denunció.
Stoller concluyó con un llamado de atención a las autoridades y funcionarios: “Nuestros funcionarios hoy no tienen empatía, no se nos enseñó a empatizar con quienes vienen a pedir ayuda, y lamentablemente, no nos involucramos lo suficiente”.