
Por mucho tiempo, el invierno fue sinónimo de pausa. Bajas temperaturas, comidas calóricas, planes bajo techo y la tentación de postergar el movimiento hasta que regresen los días soleados. Sin embargo, la ciencia del deporte y los profesionales del entrenamiento coinciden: mantenerse activo durante el invierno no solo es posible, sino también recomendable. Con los cuidados adecuados, el frío puede convertirse en un aliado para reforzar la disciplina, consolidar hábitos y avanzar hacia objetivos personales de salud y bienestar.
Para conocer más sobre los mitos, precauciones y realidades de entrenar en esta estación, Radio La Red, dialogó con Franco Rodríguez, licenciado en Educación Física, entrenador y responsable del gimnasio Elite en la ciudad de La Rioja. Con años de experiencia en el acompañamiento personalizado, Rodríguez responde a muchas de las preguntas que se hacen quienes dudan si seguir, retomar o comenzar a entrenar en los meses más fríos del año.
“El frío impacta más en la motivación que en el cuerpo”
Una de las primeras barreras que surgen en invierno es mental. “Lo que más afecta no es tanto lo físico, sino el estado de ánimo. El frío influye en las ganas de salir de casa, y eso se nota mucho en la baja asistencia al gimnasio, especialmente en el turno vespertino”, explica Rodríguez.
Pero aclara: el problema no es el clima, sino cómo respondemos ante él. “El entrenamiento sigue siendo beneficioso en cualquier época del año. Lo importante es no perder la constancia ni abandonar del todo la rutina. Si cuesta sostenerla, se puede ajustar. A algunos alumnos les planifico rutinas más breves o con menos frecuencia, pero el foco está en no detenerse”, sostiene.
Calentamiento, vestimenta y horarios: lo que sí cambia en invierno
Aunque no es necesario modificar completamente la rutina de entrenamiento, sí hay ciertos cuidados que se vuelven fundamentales en esta época del año. El principal: el calentamiento.
“Una buena activación previa es clave para evitar molestias o lesiones, sobre todo en entrenamientos de fuerza. Siempre lo recomendamos, pero en invierno es innegociable”, enfatiza.
La ropa también juega un rol importante. “Las remeras térmicas de manga larga son una buena opción en días de mucho frío. El cuerpo necesita más tiempo para aclimatarse, y entrenar bien abrigado al principio puede marcar la diferencia”.
Otro punto a considerar es el horario. Entrenar al aire libre muy temprano o a última hora puede representar un riesgo innecesario. “Si se puede evitar el aire libre en los horarios más fríos, mejor. Cuando elevamos la frecuencia cardíaca durante el ejercicio, inhalar aire muy frío puede dificultar la respiración”.
¿Es igual de efectivo entrenar menos días?
Uno de los mitos que más desalienta en invierno es creer que, si no se puede ir cuatro o cinco veces por semana al gimnasio, no vale la pena entrenar. Rodríguez desmiente esta idea con base científica:
“Está comprobado que entrenar dos veces por semana puede generar los mismos resultados que hacerlo cuatro, siempre que se cumpla con los principios del entrenamiento y se respete la técnica”.
La clave está en la planificación y el compromiso, no en la cantidad de días. “Para alguien que recién empieza, el objetivo es construir el hábito. Desde ahí, todo lo demás llega”.
Mismo cuerpo, nuevas exigencias: mitos y cuidados
Contrario a la creencia popular, el invierno no implica más lesiones que otras estaciones. “Las lesiones no aumentan si el entrenamiento está bien hecho. Hay que respetar la técnica, las pausas entre series, y sobre todo la preparación inicial”, explica.
En cuanto a la hidratación, otra creencia errónea puede jugar en contra. “Aunque no tengamos sed, el cuerpo necesita agua igual. No hay que descuidar la hidratación solo porque no sentimos calor”, advierte.
Sobre la alimentación, Rodríguez aclara que no hay recetas generales. “Depende mucho del objetivo personal. En todo caso, el entrenamiento debe estar acompañado por un plan alimentario coherente con lo que se busca: ya sea aumentar masa muscular, perder grasa o simplemente mejorar la salud”.
Entrenar en invierno: ¿por qué empezar ahora?
Mientras muchos ponen pausa, otros aprovechan el invierno como el momento ideal para comenzar. Rodríguez lo ve a diario: quienes dan ese primer paso terminan construyendo una rutina que trasciende estaciones.
“Mi mensaje para quienes lo están pensando es que no esperen más. Que empiecen, aunque sea con poco. Lo importante es empezar. Con el tiempo, el entrenamiento deja de ser una obligación para convertirse en parte de la vida”.
En Elite, el gimnasio que dirige, trabajan con rutinas adaptadas a distintos perfiles y objetivos: desde entrenamiento para rendimiento deportivo hasta salud general o estética. “Nos adaptamos a cada persona. Lo más importante no es cuánto hace, sino que lo haga con regularidad y acompañamiento profesional”, concluye.
El invierno no tiene por qué ser sinónimo de pausa. Con información, acompañamiento y pequeños ajustes, es posible seguir o comenzar una rutina activa y saludable. El frío puede ser un obstáculo, sí. Pero también puede ser el escenario ideal para desafiar la comodidad y construir, paso a paso, un nuevo estilo de vida.