El obispo tocó muchos temas en su dialogo, uno de ellos fue del documento presentado por la Iglesia por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, comentó que: “los obispos quisimos evocar en ese documento la tragedia que vivió la sociedad argentina, con la ruptura del orden constitucional, y este año cae en día santo, donde la entrega de Cristo, a los discípulos es un mensaje de profundo compromiso con el bien de las personas”. “Nosotros estamos convencidos del poder de la vida, pero mientras tanto en la sociedad donde vivimos, queremos afirmar el valor de las instituciones para que esa vida sea custodiada y nadie la ponga más en peligro”.
Acerca del rol de la Iglesia durante el golpe del `76, comentó que pudo apreciar distintas figuras y actitudes, “efectivamente hubo momentos de mucha opacidad en el servicio prestado. Como también hubo, tempranamente, llamados de atención sobre lo que estaba sucediendo y pedido de clarificación. A veces se ha hecho mucho trabajo silencioso, de búsqueda de personas”. Destacó el trabajo de las Hermanas Francesas y la confección del MEDH (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos). También resaltó el trabajo de Enrique Angelelli y agregó que “nosotros estamos trabajando para que la Iglesia lo reconozca formalmente. Es lo el pueblo riojano y muchos de Argentina sentimos como una verdad que nos toca el corazón”.
Por otro lado el obispo Colombo se refirió a la política y la corrupción, “evidentemente siempre estamos acechados por la tentación, de que lo público nos pertenezca de una manera escandalosa” y agregó: “estas situaciones de corrupción política o económica afectan grandemente, porque quitan inclusive la posibilidad de desarrollar obras o proyectos que las personas visiblemente necesitan”.
Acerca de la consolidación de la democracia, Colombo señalo que se debe trabajar fuertemente en la educación, profundizar la interacción de los distintos actores sociales, trabajar en políticas sociales realmente inclusivas, “no como dadiva, no como ejercicio de un paternalismo político. Significa buscar con todo el corazón, que los más pobres sean atendidos y cuidados, que no se profundicen esas diferencias”.
Agregó que desde la Iglesia se busca profundizar el compromiso con la salud, la educación, la vivienda para todos, “la seguridad afectiva de todas las personas”. También destacó el reconocimiento de los distintos grupos sociales, “para que puedan ejercer legítimamente sus derechos”. Destacó su apoyo a la consulta popular sobre la minería, “es decir hay un crecimiento de la conciencia, de lo que es la protección de la vida en todos los aspectos y hoy hay que actualizar el contenido de los derechos humanos”.
Además se refirió a la preocupación de la droga, y dijo que la misma afecta a todo el país, así como a la provincia, “nosotros vemos grupos juveniles que están muy afectados”, y agregó que debe existir un proyecto global activo, no teórico, ni abstracto. “Creo que tiene que formar parte de un proyecto global activo, no teórico ni abstracto. Buscar comprometer a los chicos y también hay que señalar que hay personas concretas detrás de esto, no es que son fenómenos sin origen, son nacidos de intereses que vulneran a estos chicos, son los mercaderes de la muerte y debe buscar quienes lo hacen para señalarlos socialmente y obtener el castigo que corresponde”. Acerca del rol de la policía, con los jóvenes que sufren adicciones, el obispo precisó que “tengo varios sacerdotes y religiosas que hablan del tema, en algunos casos del seguimiento especifico de jóvenes, que incluso estaban buscando su recuperación y no logran salir de ese señalamiento de algún efectivo, no se puede hablar de toda la fuerza, pero hay que buscar cuidar que los efectivos expresen un sentir general de cuidar la población y no de vulnerarla más”.
Para finalizar, el obispo Colombo aseguró que asistirá al Señor de la Peña para la oración de la Cruz, sobre esta costumbre riojana señaló que “es un grato encuentro entre muchos jóvenes y muchas familias provenientes de toda la provincia”.
Agregó que en Semana Santa se debe pensar en la corresponsabilidad eclesiástica, ya que la Iglesia esta conformada por cada familia y todos los bautizados, no solamente los sacerdotes, y todos tienen “la responsabilidad de comunicar la alegría del evangelio… También abriendo puertas, allí donde parece que se cierran, abriendo corazones, donde a lo mejor el aislamiento, la soledad provocaron la ruptura o el corte”.