En su discurso ante el Congreso, el jefe de Estado se refirió a su decisión de cortar la pauta publicitaria a los medios durante un año. Pero, lejos de quedarse en los argumentos vinculados a la crisis económica, volvió a hablar de manera genérica de periodistas ensobrados, de mentiras y de compra de voluntades.
FOPEA recuerda que la pauta publicitaria no representa un pago encubierto a periodistas, sino que sirve para que el Estado universalice la comunicación de medidas o informaciones que considere importante o de interés público. No se trata de premios o castigos.
FOPEA recuerda que la pauta publicitaria no representa un pago encubierto a periodistas, sino que sirve para que el Estado universalice la comunicación de medidas o informaciones que considere importante o de interés público. No se trata de premios o castigos.
De todas maneras si el Presidente entiende que hay situaciones indebidas, la respuesta está dentro del mismo sistema realizando las denuncias pertinentes, atendiendo que se trata de fondos públicos. La generalidad solo lleva a la injusticia donde terminan pagando justos por pecadores. Por otra parte, desde FOPEA advertimos con preocupación el crecimiento de despidos que se está registrando en distintos medios de todo el país, también por la crítica situación económica imperante.
En relación con el anuncio de cierre de la Agencia Nacional de noticias TELAM, el Foro de Periodismo Argentino ratifica la postura en favor de la existencia de medios públicos no gubernamentales, que apunten a respetar la libertad de expresión y el derecho a la información de los ciudadanos.
En un contexto de creciente desinformación, los medios públicos pueden y deben cumplir un rol determinante en la construcción de audiencias más críticas y mejor formadas, con inclusión y equilibrio de voces.
Finalmente, ante una nueva escalada del nivel de agresiones hacia los periodistas por parte de la más alta autoridad del país, vale la pena reiterar que la estigmatización de los trabajadores de prensa siempre es peligrosa.
Que un Presidente se refiera de manera despectiva hacia la prensa implica un retroceso en la construcción democrática y afecta la libertad de expresión provocando intimidación y autocensura.