
Gabriela Aguirre, secretaria general de SIDIUNLaR– gremio que nuclea a docentes de la UNLaR- dialogó con Radio La Red sobre la situación económica que atraviesa el país tras la devaluación e inflación que se vivió en los últimos días.
Brindando un panorama de la cuestión salarial, Aguirre explicó que: “La discusión paritaria tiene distintos objetivos; en el caso en los docentes universitarios, la pérdida del poder de compra de nuestros salarios hace que tengamos paritarias cada vez más cortas”.
La gremialista indicó que hay un llamado permanente a la discusión paritaria, que se realiza desde la Federación CONADU y también desde SIDIUNLaR para monitorear permanentemente el salario y mantener cláusulas: “El salario quedó totalmente desactualizado por la devaluación, inflación y los precios disparados. Por eso desde SIDIUNLaR y CONADU instamos a que este diálogo se retome inmediatamente para que pueda ser rediscutido: lo que tenemos más lo que se espera”.
La semana que viene se espera que haya una reunión con autoridades para discutir la re-actualización del salario: “Tenemos clara la propuesta, los números y proyecciones para evitar la pérdida de salario, pero hoy corremos por detrás porque la dinámica inflacionaria tiene un desarrollo que implica que la evolución del salario nominal corra por detrás”.
Con respecto al SIDIUNLaR y a la situación económica de la universidad, apuntó que: “El sistema universitario es un engranaje, y hay partes que se dan el lujo de no respetar, no escuchar y no sentarse a debatir en una discusión que nos lleve a sentir por parte de las autoridades todo el arco de docentes y estudiantes que están preocupados por la continuidad de un derecho como la educación pública, abierta y gratuita”.
“Hay capacidades que pueden transformar la situación actual, pero no se puede hacer sin la escucha y con la falta de respeto que significa ser ignorados del contexto, y eso sucede cuando tenemos que apelar de manera permanente a la gestión de presentaciones legales y administrativas para reclamar el derecho a la escucha y participación”, reclamó aguirre.
En este sentido, recalcó que hay un “silencio e inacción institucional” que “impacta directamente con la incompetencia en la gestión”: “No cambió nada y el paso del tiempo deteriora las condiciones”.
Además, criticó aspectos que no son comunes en la gestión de una universidad que se van “naturalizando”, como “que en un esquema de toma de decisiones como el Consejo Superior se tenga que escuchar que el sector de docentes tenga que pagar un superávit para pagar un sueldo, ¿desde cuando los docentes tenemos la obligación de gestionar nuestros propios salarios?, nosotros tenemos obligaciones académicas, pero las autoridades de la universidad tienen la representatividad, legalidad y legitimidad de hacerlo”.