El pago de los servicios públicos ahora capta el doble en la canasta de consumo que lo que se destinaba en 2015: se estima que tras los aumentos de este año trepe a un 10,2% de un hogar.
Según la consultora Orlando Ferreres (OJF), el gasto de transporte, gas, luz y agua captaba 4,2% de la canasta al fin del gobierno de Cristina Kirchner.
Hoy el gasto en servicios públicos está en un 9,8% de la canasta, según OJF. Los aumentos de tarifas por encima de la inflación y de la suba de los ingresos reales hicieron trepar el gasto en ese rubro al doble de la canasta.
En tanto, el gasto en servicios se está acercando al nivel de la década del '90 o a 2001, cuando estaba en un 11%.
Para Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios de OFJ, este cambio tarifario en la canasta explica el conflicto gremial en Femsa: "Pasó una década en que había más espacio para consumir productos masivos y se abrieron más plantas de producción y se hizo márketing por las tarifas (bajas). Pero ahora las empresas enfrentan el proceso de vuelta porque el mayor peso de tarifas se fue contra el consumo. Es natural que su demanda baje".
Respecto del ingreso familiar, FIEL calculó que los servicios de electricidad, gas y agua ocupan ahora un 8,3% del ingreso familiar promedio, de unos $33.460, cuando en 2015 ocupaba un 2,15%.
Es el valor al que se llega al considerar el consumo mensual promedio, lo que en 2001 captaba 4,7% del ingreso promedio familiar que surge de la Encuesta de Hogares del Indec. Asume el hábito de consumo de 2005.
"El consumo general cae no sólo porque suben las tarifas. Están subiendo todos los precios, cae el ingreso en términos reales y baja el empleo", dijo Nuria Susmel, economista de FIEL.
El consumo masivo acumulará una caída mayor al 10% en el ciclo Cambiemos, según la consultora Kantar WorldPanel.
Según esa consultora, el aumento de tarifas afecta en mayor medida a los hogares de ingresos bajo superior, una clase baja que tiene ingresos asociados a la industria. En cambio, a los hogares de ingreso medio, el aumento de tarifas les obligó a resignar una parte de sus ahorros, y consumos no masivos, como la compra de ropa, entretenimiento, vacaciones, autos, motos.
Sucede que el salario real cayó un 12% entre puntas en 2018 o un 6% en promedio el año pasado. En cambio, las tarifas subieron 45,7% y el transporte, 66,8%, por encima de la inflación. Y no se espera que se recupere lo perdido en este primer trimestre.
Fuente: Infobae