
El Secretario de Obras Públicas del Municipio de La Rioja, Gonzalo Bustos, explicó en diálogo con Radio La Red los desafíos que enfrenta la ciudad en materia de planificación urbana y ordenamiento territorial. Según detalló, uno de los frentes más complejos en los que se está trabajando es la actualización del código de edificación, que actualmente está desfasado respecto a las nuevas necesidades de la capital riojana.
“Este trabajo forma parte del plan de ordenamiento urbano territorial que venimos llevando adelante desde el inicio de la gestión. Y uno de los puntos más urgentes es revisar el código de edificación, que lleva años sin adaptarse. Hoy seguimos rigiéndonos por un código tomado como base del de Córdoba, que no contempla muchas de las realidades actuales de nuestra ciudad”, remarcó.
Uno de los ejes principales del proyecto es el análisis del crecimiento en altura del microcentro, que actualmente permite edificaciones de hasta 27 metros, es decir, siete pisos. “Esa posibilidad técnica existe, pero está completamente desfasada de las condiciones reales del microcentro. Tenemos veredas de un metro y medio, calles angostas y redes de infraestructura como agua, cloacas y movilidad que colapsarían si esa densidad se concreta”, advirtió Bustos.
El funcionario explicó que La Rioja comparte una característica típica de muchas ciudades latinoamericanas: el alto grado de centralización. “Todo pasa en el centro: los servicios, los accesos, las viviendas. Si además de eso le sumamos un crecimiento desmedido en altura, vamos directo a un escenario urbano caótico”.
Un nuevo esquema urbano
La propuesta oficial contempla limitar las alturas en el microcentro a entre 15 y 20 metros, es decir, edificios de 3 o 4 pisos y fomentar el desarrollo edilicio en otras zonas de la ciudad con mejor infraestructura, como la avenida Primero de Marzo. “Ahí sí podemos hablar de 27 metros sin generar impactos negativos. La idea es clara: bajar la densidad del centro y redistribuirla hacia avenidas que puedan soportarla”, explicó.
Bustos aclaró que los proyectos que ya iniciaron obras no se verán afectados por esta nueva planificación. “Lo que ya está en marcha continuará. Lo que buscamos es establecer un nuevo marco para los próximos desarrollos”.
En ese sentido, destacó también que los edificios de tres niveles resultan mucho más accesibles para pequeños inversores o familias con capacidad crediticia. “Construir siete pisos con ascensores y cocheras soterradas tiene un costo muy alto. En cambio, un edificio de tres niveles puede estar al alcance de un grupo reducido de personas, lo que puede dinamizar la construcción y revitalizar el centro”.
Regularización y control
Desde la Secretaría de Obras Públicas se viene trabajando además en la regularización dominial de propiedades que tributaban como baldíos, a pesar de tener edificaciones completas. “Ya se relevó y regularizó la mayoría. Ahora avanzamos con la división en propiedad horizontal (PH) para que cada unidad pueda tributar correctamente”, detalló.
Otro aspecto central es el refuerzo de los controles de obras. “Hasta ahora, muchas veces se presentaba la documentación de inicio, pero no la de finalización. Eso implica que no había una verificación de que lo proyectado realmente se haya ejecutado correctamente. Estamos trabajando para que eso cambie”, afirmó.
Para finalizar, Bustos aseguró que el nuevo código y el plan de ordenamiento no serán impuestos de manera unilateral: “Es una propuesta que busca abrir el debate. Todos los actores involucrados —vecinos, privados, colegios profesionales, el Concejo Deliberante— tendrán voz y voto. Pero lo que está claro es que, si no tomamos decisiones ahora, el impacto futuro va a ser muy negativo”.