
La Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) atraviesa una crisis financiera significativa, principalmente debido a la deuda acumulada en su obra social OSUNLaR que asciende a 746 millones de pesos. Esta situación ha generado preocupación entre los afiliados, ya que afecta directamente la prestación de los servicios de salud.
El vicerrector de la UNLaR, Luis Oviedo, confirmó la magnitud del problema y señaló que la deuda ha sido consecuencia de una mala administración de los recursos. Según explicó, el interventor de la obra social en su momento, el entonces rector de la UNLaR, Daniel Quiroga, tomó decisiones sin respetar los procedimientos administrativos correspondientes. “El interventor, en su momento, mal interventor Quiroga, se ocupó de diluir el Consejo Directivo. Obligó a que muchos consejeros que respondían a un gremio renunciaran”, denunció Oviedo en Radio La Red La Rioja.
Además, el vicerrector enfatizó que las erogaciones en salud son muy elevadas y requieren un manejo responsable. “El costo de la salud es muy alto y todas las obras sociales tienen un cuidado muy importante en su patrimonio”, explicó. No obstante, en este caso, el desorden administrativo llevó a la acumulación de una deuda que pone en riesgo la estabilidad del sistema.
Otro problema detectado es la falta de control sobre el Vademécum, lo que permitió la cobertura de medicamentos de venta libre y hasta productos de perfumería, generando un gasto innecesario para la obra social. “Se ha trabajado en adecuar el Vademécum. Antes todavía había Vademécum abierto, no había control sobre lo que la obra social pagaba”, indicó el vicerrector.
Además, la crisis ha repercutido en los pagos a los prestadores médicos, lo que ha generado retrasos e incertidumbre. “Hay atrasos en los pagos muy importantes con muchos prestadores. Estamos tratando desde la conducción actual de la obra social regularizar esta situación”, sostuvo.
Para hacer frente a este panorama, la universidad ha implementado una serie de medidas con el objetivo de optimizar recursos y reducir el déficit. Entre ellas, se ha trabajado en la revisión del escalafón salarial y en la detección de irregularidades en el alquiler de instalaciones deportivas. “Hemos detectado irregularidades en el alquiler de canchas e instalaciones, donde los ingresos no regresaban a la obra social”, explicó el vicerrector.
A pesar de la gravedad del problema, desde la universidad aseguran que los afiliados continúan teniendo cobertura médica, aunque con ciertos ajustes. “Es un trabajo muy largo y se trabaja caso por caso, pero los afiliados tienen asistencia”, afirmó el funcionario.