Las personas destinamos cada vez más horas a la vida digital. De acuerdo con distintos relevamientos, en promedio el tiempo frente a las pantallas alcanzan las 8 horas, y con la pandemia descubrimos que la esfera tecnológica no solo sirve para el ocio y la diversión, sino también para conectarnos con el mundo exterior, el trabajo y la educación. Esto trae como resultado que los niños y niñas accedan a internet a edades cada vez más tempranas. Como contracara de esta realidad, también crecieron los delitos informáticos y factores de riesgo a los que nos exponemos en las redes sociales.
Entre los delitos informáticos, uno de los más comunes- que refiere a un tipo de violencia contra las infancias y adolescencias- es el Grooming, el cual consiste en acciones deliberadas en las que una persona mayor busca ganarse la amistad de un menor a través de las redes sociales o medios tecnológicos para engañarla, ganar su confianza y someterlo sexualmente.
Es preciso destacar que el 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional de Lucha Contra el Grooming, en este marco, La Red dialogó con el docente y especialista en la temática, Gustavo Almaraz, quien explicó que este tipo de delincuentes suelen operar de forma metódica, siguiendo una serie de pasos.
En este sentido, el entrevistado enumeró los procedimientos en qué se da este tipo de delitos. “En primer lugar, los abusadores buscan saber qué es lo que le gusta al niño, indagando en lo que postea en sus redes para iniciar el primer paso del proceso, el acercamiento“.
“Posteriormente, comienza el segundo paso que es el de la socialización, utilizando esos temas de interés para atraer la atención de la víctima”, agregó.
Del mismo modo sumó que “el tercer paso es el aislamiento, una vez que el agresor tiene la confianza del niño comienza a aislarlo de su entorno, pidiendo que mantenga en secreto su contacto, y realizando una especie de burbuja en la situación”.
“El proceso culmina en el 4to paso cuando comienzan las amenazas, el requerimiento de imágenes, etc”. En algunos casos, los agresores pueden manifestar el deseo de encuentros físicos para concretar el abuso”, indicó.
En este sentido, el especialista aseguró que el conocimiento en Grooming es alto a nivel social, a partir de casos que generaron hitos donde se produjeron asesinatos, como el caso de Micaela Ortega- que impulsó en 2020 la Ley 27.590 o Ley Mica Ortega-, “es un tema complejo que está en conocimiento. El problema es que no hay un diálogo para proyectar posibles situaciones de ese tipo. La gente sobreestima la capacidad de los niños de manejar la tecnología, y piensan que como saben de tecnología no les pasará nada. Pero es necesario fortalecer el diálogo y estar alertas sobre los peligros en las redes sociales”.
“Es fundamental que los chicos puedan encontrar a alguien a quien poner en palabras lo que les sucede en el mundo digital”, indicó, subrayando la importancia del diálogo para combatir esta problemática.
Además, explicó que los sistemas educativos realizan grandes esfuerzos para dar herramientas a los docentes para acompañar en este proceso: “El objetivo de las escuelas es generar un espíritu crítico en los estudiantes, en este sentido se deben indagar en cómo funcionan las tecnologías, las redes sociales y los algoritmos, y cómo estos pueden manipular”.
Ley de Grooming: ¿Una salida a la problemática?
En 2013 Argentina sancionó la Ley 26.904, esta ley incorpora en el art. 131 un nuevo delito en el Código Penal Argentino, la cual indica que será penado con prisión de hasta 4 años aquel que, a través de medios digitales, se contacte con una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra su integridad sexual.
En diálogo con La Red, la abogada Camila Castellano explicó que lo paradigmático de esta ley es que el simple hecho de contactar a un niño, niña o adolescente con fines sexuales configura el delito, no importa si posteriormente se concreta o no un encuentro con explotación sexual: “Se condena el hecho de que la persona tenga la intención de cometer un delito contra la integridad sexual, ya sea cometer un abuso, corrupción de menores, obtener pornografia infantil, etc”, indicó la profesional, y continuó: “Lo que se castiga es un acto preparativo de otro delito”.
“Creo que la ley es necesaria y hacía falta que se sancionen este tipo de conductas, había una laguna muy grande previo a la ley”, explicó la letrada.
El Grooming es un delito que debe ser denunciado para que se dé inicio a la investigación del caso. La denuncia puede hacerse tanto en una comisaría como en una fiscalía. Nuestra provincia cuenta con la Unidad Ejecutora Contra la Ciberdelincuencia, que trabaja constantemente en el monitoreo y control de este tipo de delitos a partir de denuncias de padres o docentes.
Si sabés o sospechas que un niño, niña o adolescente está siendo víctima de Grooming, abuso sexual y/o explotación comercial y sexual de niñas, niños y adolescentes, no dudes en comunicarte con la Línea 137.