
Luciana Pinto, quien vivió un angustiante episodio vial mientras se dirigía con sus hijas a Sanagasta, compartió su experiencia tras ser chocada por un grupo de motociclistas que circulaban en contramano. El incidente ocurrió el pasado domingo por la tarde, cerca de las 17:00 horas, en el último tramo de la avenida Circunvalación.
«Habíamos pasado el día en Sanagasta con mi familia, pero decidí volver a mi casa a buscar protector solar, las mallas y otras cosas porque en Capital estaba nublado, pero en Sanagasta había un sol increíble», relató Luciana en Radio La Red La Rioja. Tras preparar todo, emprendió nuevamente el camino con sus hijas, quienes estaban aseguradas con cinturón de seguridad y en sus butacas infantiles.
El caos comenzó cuando un grupo masivo de motociclistas apareció en contramano. «De repente veo que se me vienen encima cantidades de motos. No puedo ni contabilizarlas, porque venían de ambos lados. Me encaraban, me hacían zigzag para que tratara de esquivarlas», explicó. En ese momento, intentó mantener la calma, frenó el auto y dejó que avanzara con su propio impulso. Sin embargo, el momento se tornó más tenso: «Golpeaban los vidrios y mis nenas atrás me preguntaban, ‘¿Por qué nos chocan, mamá?’. Fueron minutos caóticos y violentos».
Luciana describió el temor que sintió tanto por ella como por sus hijas: «Uno trata de tener todos los recaudos, como el cinturón de seguridad y las butacas, para cuidarlas y protegerlas, pero luego pasa esto. Me sentí totalmente indefensa».
Tras esquivar a las motocicletas, logró detenerse al costado de la vía para calmar a sus hijas y verificar los daños. «El auto quedó abollado y rayado por todos lados. Cuando llegué al control antes del dique, le comenté a la señora que me entregó folletería sobre seguridad vial Bajá Un Cambio lo que había pasado. Agregó que la mujer le dijo que ella envió «el móvil» y que la propia mujer reconoció que «es uno solo y las motos son muchas, los móviles tienen miedo porque son demasiadas motos. Fue irrisorio. Sentí como si no hubiera nada que hacer», relató con indignación.
«Le comento a la señora que me entrega los folletos, le digo, me acaban de chocar, mira cómo me quedó el auto, estaba abollado, rayado por todos lados, … Me dice, tenés que entender que los móviles también le tienen miedo, porque son muchas motos. Entonces en ese momento tiré la folletería al costado del auto y seguí mi camino, atado de pies y manos, o sea, no se puede hacer nada«, expresó la mujer.
Luciana también decidió realizar la denuncia en la Comisaría Cuarta, aunque recibió poca orientación sobre cómo proceder. «No sabían si tomarme la denuncia porque consideraban que podía ser en accidentes viales y que tendría que ir a reclamar al seguro. Pero mi seguro es contra terceros, así que no hay nada que pueda reclamar. Solo hice la denuncia por lo sucedido», explicó.
En su reflexión final, Luciana manifestó su frustración: «Creo que, si hubiera ido sola, quizás lo podría haber manejado de otra manera, pero ver a mis hijas tan asustadas me indignó. Uno hace todo lo posible para cuidarlas, pero estas situaciones terminan vulnerándonos a todos».