Este Jueves se estrenó en CinemaCenter y Cinema 3D Hombre muerto, la película protagonizada por Osvaldo Laport y Diego Velazquez, dirigida por Andrés Tambornino y Alejandro Gruz y filmada en territorio riojano. La Red conversó con “La Peque” y Adrian Dinatale, dos trabajadores durante el film que revelan todos los detalles de la película que la está rompiendo a nivel nacional.
El cine argentino encontró una nueva joya en “Hombre muerto”, una película que no solo cuenta una historia atrapante, sino que también destaca por su fuerte enfoque en la producción federal. Dirigida por Andrés Tambornino y Alejandro Gruz, y protagonizada por un elenco de talentosos actores como Osvaldo Laport, Diego Velázquez, Daniel Valenzuela, Roly Serrano, Sebastián Francini y Oliver Kolker, esta película promete dejar una marca en la industria cinematográfica del país.
La película nos transporta a un pequeño pueblo perdido entre montañas, que quedó paralizado tras el cierre de una mina. La llegada de un misterioso forastero, quien ofrece una importante suma de dinero a cambio de un trabajo muy especial —matar al propietario de la mina— pone en marcha una historia llena de tensión y suspenso.
Uno de los aspectos más destacados de “Hombre Muerto” es su enfoque en el talento del interior del país, tomando técnicos y actores de La Rioja para su proceso de filmación: así surge la experiencia de La Peque y Adrian Dinatale, dos joyas riojanas que estuvieron trabajando a pulmón durante el rodaje de la película y que dejaron un fuerte mensaje para la industria nacional: el trabajo del Norte vale, y vale mucho.
“Me enteré de la convocatoria porque la gente de la producción se comunicó con Hebe Strabu y Marcos Vega, el director del ex Circo Azul. Yo era parte de este y nos convocaron con dos chicas más en el Paseo Cultural, donde nos contaron de la película y de lo que se trataba el proyecto”, comentó Yanina Campos, alias, “La peque” y agregó entre carcajadas: “Nos preguntaron cuánto medimos y me acuerdo que yo pregunté “con tacos o sin tacos” y ahí dije que era muy chica, muy petisita. De ahí pasamos a castings presenciales y virtuales.”
El rol de Yanina fue protagónico junto a nada más y nada menos que Osvaldo Laport, interpretando a Patricia, su esposa y la hija del dueño del bar del pueblo, Daniel Valenzuela. Pese a estar rodeada de profesionales y ser la primera experiencia en Cines de La Peque, ella se lució como toda una profesional. “Yo nunca trabajé en cine locales, y esta fue mi primera experiencia, la verdad que fue algo maravilloso, no me pudo haber tocado una productora y artistas tan buenos como Osvaldo y Daniel. La productora siempre me cuidó, no solo en lo laboral, sino como seres humanos. Fue una propuesta hermosa para compartir un audiovisual, que ya pasó a ser un producto que espero que a la gente le guste” reflexiona la actriz.
La actriz, orgullosa de su regionalidad, destaca la importancia de que se dé a conocer a los talentos del interior del país, como sus lugares y paisajes. “Estamos a la altura de hacer varias producciones nacionales e internacionales y que se sepa que en el Norte hay muchísimo talento. Hoy me toca a mí ser parte de este proyecto pero detrás de cámara había un montón de riojanos y todos estuvimos a la altura de Hombre muerto. Para mí es muy importante que productoras vengan a trabajar con nosotros”.
Por otro lado, está la experiencia de Adrian Dinatale, un joven abocado al mundo audiovisual desde ya muchos años, que se profesionaliza en todos los rubros posibles: desde electricidad hasta carpintería. Se enteró de la convocatoria cuando era estudiante de la Tecnicatura en Televisión Digital en la Universidad Nacional de La Rioja: “Me mandé, con poca fe la verdad porque no tenía experiencia en Cine pero con todo mi entusiasmo, en mi cv puse todas mis experiencias como electricista, carpintero y demás y en la entrevista les lleve mis creaciones de lo manija que estaba” comentó entre carcajadas, al recordar sus primeros pasos en Hombre muerto.
La experiencia aparte de ser muy buena fue muy educativa. Muchas cosas en mi carrera por la pandemia se perdieron, pero las aprendí en Hombre muerto, Hacer un corto en la universidad y hacer una película con esta producción fue un abismo gigante. Incluso aprender los tiempos y responsabilidades del cine, el ritmo. Me acuerdo que al principio me mandaban a tocar unos botones y yo no entendía nada porque esas máquinas solo las veía por fotos. Fue un placer aprender tanto” reflexiona el técnico a La Red.
Esta película no solo ha sido una plataforma para el talento actoral, sino también para los técnicos locales. Este aspecto educativo y formativo fue vital para muchos de los involucrados, quienes destacan la experiencia como “muy educativa y enriquecedora”.
“Más allá de todo, no creo que haya mucha distancia entre los cortos o producciones de acá con estas producciones nacionales: porque tenemos técnicos, técnicas y actores muy bien formados y muy profesionales. Al nivel de maquinaria obviamente estábamos un poco más atrasados pero de mano de obra y conocimiento profesional estamos muy iguales. Muchos de los chicos aprendimos en esa semana de rodaje y rápidamente dominamos el equipamiento como si lo estuviésemos trabajando hace años” comentó Adrián, destacando el talento riojano.
Es crucial que se brinden espacios a los profesionales del interior del país, como en este caso, La Rioja. Ellos aportan una visión única y enriquecedora al trabajo cinematográfico. El rodaje no solo contribuye al éxito de la película, sino que también es una experiencia transformadora para quienes participan en ella. Cada provincia debería recibir el apoyo necesario para desarrollar su propio cine autóctono, fortaleciendo y dándole la relevancia que merece: “Tenemos historias muy buenas para contar, con técnicos excelentes para realizarlas y actores que le pueden poner el cuerpo. No tenemos nada que envidiarle a Hollywood. Es muy importante que las producciones nacionales nos den un lugar pero también creo que es importante empezar a producirlas nosotros mismos.” agrega el técnico.
La filmación de “Hombre Muerto” también tuvo un impacto significativo en la economía local de La Rioja. Durante las cuatro semanas de rodaje, se generaron empleos para vendedores, hoteles y otros servicios. “Creció el turismo y todo el comercio de la provincia se vio beneficiado”, comenta uno de los entrevistados, subrayando la importancia de que las producciones cinematográficas nacionales consideren locaciones y talentos fuera de los grandes centros urbanos: un ejemplo de cómo el cine argentino puede y debe expandirse, abrazando el talento de todo el país.