
En el marco de la transmisión especial de La Mañana de La Red desde Miramar de Ansenuza, Patricia Zapata, directora del Museo del Hotel Viena, habló con La Red La Rioja sobre este ícono del turismo histórico cordobés. Relató el pasado y el presente de este edificio que encierra en sus muros tantas historias como secretos.
“El Hotel Viena comenzó a construirse en la década del ’40 por una familia alemana que vino buscando salud en las propiedades curativas de la laguna. Lo que parecía una inversión turística, terminó convirtiéndose en uno de los grandes misterios de la historia argentina”, explicó Patricia.
Construido entre 1940 y 1945 en una localidad que entonces tenía apenas 1.600 habitantes, el Hotel Viena sorprendía por su infraestructura. Contaba con ascensores, aire acondicionado, central telefónica, banco, correo, panadería propia y un restaurante de altísimo nivel. “Tenía una cama por habitación, algo poco común en hotelería, lo que hace pensar que estaba diseñado para otra finalidad”, señala Zapata.
Esa finalidad, según los relatos y documentos históricos, habría sido la de alojar a europeos refugiados tras la Segunda Guerra Mundial, algunos de alto rango. Aunque no hay pruebas concluyentes, muchos investigadores sostienen que el hotel sirvió como refugio para jerarcas nazis. Incluso, circula el mito de que Adolf Hitler habría estado allí, versión popularizada por el investigador Abel Basti.
“No tenemos documentación que lo confirme. Lo de Hitler es parte de los mitos del hotel, como también lo es la leyenda del fantasma. Pero ambos forman parte del atractivo cultural que despierta curiosidad en los visitantes”, comentó.
El valor de reconstruir desde el escombro
El hotel fue abandonado casi inmediatamente después de su construcción. Luego, la gran inundación de 1978 dejó el sótano bajo agua durante dos décadas. En 2003, la laguna volvió a crecer, afectando el edificio. “La recuperación fue un acto de amor y resistencia. Yo tengo 54 años, y sentía que mi historia estaba en escombros. Recuperar este lugar fue recuperar una parte de nosotros”, confesó Zapata, visiblemente emocionada.
Gracias a una asociación civil, hoy el Hotel Viena funciona como museo, cafetería y centro cultural. El comedor original fue reinaugurado como espacio gastronómico, y el recorrido incluye mobiliario original y relatos que forman parte de la memoria viva de Miramar.
“Es uno de los museos más visitados de la región. La gente viene por la historia, por la emoción, por la mística del lugar. Y muchos riojanos también nos visitan”, añadió.
Una invitación a caminar la historia
Patricia también recordó que Miramar cuenta con otros tres museos: el Museo del Deporte, el Museo de Ciencias Naturales y el Museo Histórico Fotográfico, que documenta las inundaciones y la reconstrucción de la localidad.
“Invitamos a todos a caminar la historia de Miramar, a recorrer nuestras calles y sentir cómo el pasado convive con el presente. Cada rincón tiene una memoria, cada habitante lleva una historia que contar”, expresó.