Después de nueve años de espera, la esperada secuela de Intensamente ya está en los cines. Para celebrar este acontecimiento, Radio La Red ofrecerá un repaso completo de lo que necesitas saber antes de disfrutar de esta nueva entrega.
En 2015 fue que se estrenó una de las grandes novedades de Disney, Intensamente: dirigida por Peter Docter y Ronnie del Carmen y producida por Pixar Animation Studios. La película traía una premisa más que innovadora con lo que respecta a las películas de animación, la historia de Riley, una niña de 11 años que debe adaptarse a una nueva vida cuando su familia se muda a San Francisco mientras la trama se desarrolla en nada más y nada menos que su mente, ya que cinco emociones personificadas —Alegría, Tristeza, Miedo, Desagrado e Ira— intentan guiarla a través de este difícil período de cambio.
La película fue aclamada por su innovadora representación de las emociones y su habilidad para abordar temas complejos de una manera accesible tanto para niños como para adultos. Con su combinación de humor y profundidad emocional, Intensamente no solo se convirtió en un éxito de taquilla, sino que también ganó el Premio de la Academia a la Mejor Película de Animación.
Una de las principales características que volvieron a Intensamente tan íntegra en sí misma es la seriedad y profundidad con la que los directores manejan la vastedad de los temas psicológicos que atraviesan la mente humana. Se estima que Intensamente 1 tardó un periodo de 4 años en producirse debido a que llevaron a cabo una investigación exhaustiva en diversas áreas de la psicología y estas son: la neurobiología, el psicoanálisis, la psicología del desarrollo, cognición y memoria, y la innovadora teoría de las emociones de Paul Ekman.
La neurobiología es magistralmente representada en todo lo que respecta al “cuartel general” y también al resto de los espacios que se muestran en la película en donde trabajan estás cinco emociones personificadas para controlar todo en la mente de Riley: El diseño de esta sala y la interacción entre las emociones están inspirados en la neurociencia de la regulación emocional. Asimismo, la estructura de la mente de Riley, con sus diferentes “islas de la personalidad”, está inspirada en la forma en que el cerebro organiza recuerdos y experiencias.
El psicoanálisis entra en acción, especialmente con las teorías del inconsciente de Sigmund Freud cuando Alegría, Tristeza y Bing Bong caen en una zona oscura y caótica que simboliza toda esta área de los miedos reprimidos y deseos ocultos, reflejando ideas psicoanalíticas sobre los pensamientos y recuerdos que no están presentes en la mente consciente. El payaso al que le teme Riley es un claro símbolo de los miedos ocultos y reprimidos que todos tenemos.
La Psicología del desarrollo está presente durante toda la trama en la transición de la niñez a la adolescencia de Riley y como ella enfrenta cambios significativos en su identidad y manejo emocional a través de las Islas de la Personalidad, asimismo estas islas representan aspectos clave de la identidad de Riley, como la familia, la honestidad y la amistad. A medida que Riley crece y cambia, estas islas se destruyen y se reconstruyen, mostrando el proceso de desarrollo emocional y cognitivo.
En lo que respecta a la Cognición y la Memoria, esta teoría es representada a través de esferas que simbolizan los recuerdos y que son de diversos colores que dictaminan qué emoción estuvo presente en la construcción de ese recuerdo: la película plantea que hay memorias centrales y otras que pueden ser aspiradas por un conserje para no volver nunca a nuestra cabeza, como por ejemplo, la información que aprendemos en la escuela.
Pero la principal premisa de la película es la personificación de la Teoría de las emociones de Paul Ekman, quien identificó las emociones básicas universales que se reflejan en todos los humanos y que tienen un origen biológico. Esto trajo consecuencias en la psicología ya que entendemos a partir de estos estudios que todas estas emociones son necesarias y adaptativas a nivel individual y social: la película enfatiza en que estas emociones humanas se reflejan en las relaciones interpersonales y pueden ser significativamente moderadas por ellas.
La película comienza con la pregunta reflexiva de “¿Alguna vez has mirado a alguien y te has preguntado qué sucede en su cabeza?” para luego irnos sumergiendo más y más en la mente de Riley, una niña que debe lidiar con un cambio drástico en su vida al mudarse de Minnesota a San Francisco, en lo que desencadena en un Trastorno de Adaptación, que se manifiesta justamente por lo estresante de estos cambios, los cuales aparecen en la escuela, en sus amigos, en el ambiente y especialmente en sus recuerdos, que ahora son evocados con melancolía.
Todo se empieza a complejizar, ya que estas esferas (o recuerdos) son realmente un tesoro para las emociones de Riley, porque humanamente, los recuerdos son una herramienta de vida para todos nosotros. Estos empiezan a tornarse celestes al ser literalmente y simbólicamente tocados por Tristeza, una emoción que estará en constante lucha con Alegría para obtener el podio en la mente de Riley.
El mostrar a las emociones como personajes físicos y tan literales es lo que vuelve tan original a la cinta, y estos descifran el mensaje más importante de la película que es demostrar que ninguna emoción es mala o buena, sino que cada una es necesaria y vital para mente de Riley y de todos nosotros: Miedo es representado por un hombrecito muy asustadizo pero que es muy bueno para mantener a salvo a Riley ante los peligros inminentes de la cotidianidad. Desagrado es caracterizada con un color verde y una constante actitud de asco, su función fisiológica es repeler cosas que pueden ser dañinas para Riley pero también definen sus gustos en la construcción de su identidad y las relaciones que establece. Furia es representado con el tipo color Rojo que caracteriza las emociones intensas y dice que se encarga de que las cosas sean justas para Riley.
El sentido de la historia es mostrar el balance entre estas emociones de Riley y demostrar que cada una es necesaria para diferentes contextos: abrazar las emociones y las sensaciones que nos brindan, aunque a veces sean muy desagradables es el fin. Alegría puede ser muy divertida e importante para Riley pero en los momentos difíciles debe dejarle el lugar a Tristeza para sentirla y abrazar el dolor en vez de simplemente reprimir y esconderlo. Esto también aparece en la dinámica familiar, en donde los padres al querer lo mejor para su hija y su felicidad absoluta le dan poco espacio a sus “emociones desagradables”.
Otro de los temas importantes que trata la película es el hecho de duelar la infancia y lo doloroso que puede ser crecer. Alegría y Tristeza se topan con Bing bong, un amigo imaginario de Riley que quedó deambulando por su mente: a lo largo de su aventura para llegar al cuartel general, podemos ver a un Bing bong que se aferra a los recuerdos construidos con la pequeña Riley y su sueño es que ella lo vuelva a recordar. Su final, tan emotivo representa el despedir la infancia, despedir la inocencia y el apego para abrazar lo agridulce de crecer.
Intensamente no solo ofreció una representación ingeniosa y conmovedora de la vida interior de una niña, sino que también brindó a los espectadores una comprensión más profunda de sus propias emociones y el papel vital que juegan en nuestras vidas. Con una dinámica divertida y refrescante, pero sin dejar de ser seria y sensible, nos sumerge en la infancia, en abrazar y aceptar nuestras emociones. Es una historia que puede hacerte llorar y reír, manteniéndote en el limbo entre Alegría y Tristeza, es una historia que sobrepasó los límites posibles y un recordatorio de lo hermoso que puede ser estar triste a veces y lo importante de crecer y mantenernos íntegros en la construcción de nuestra identidad.
Al final de esta película se nos adelanta el devenir de la pubertad de Riley y la pregunta que resuena en todos nosotros es “¿Qué puede salir?”. Esta pregunta la podes responder en los cines, conociendo las nuevas facetas de Riley y las nuevas emociones que pueden aparecer en la adolescencia.