
En una mañana que estuvo marcada por las elecciones legislativas, la Catedral Metropolitana se convirtió en el escenario de una significativa ceremonia religiosa. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, ofició una misa de acción de gracias por la asunción del Papa León XIV, un evento que reunió a numerosos fieles y figuras destacadas del ámbito político.
La ceremonia comenzó puntualmente a las 10:30 y contó con la presencia de importantes representantes del gobierno nacional y local. Entre ellos se destacó la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien ocupó un lugar en primera fila como representante del Ejecutivo, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que llegó a la Catedral antes de dirigirse a emitir su voto en las elecciones. También asistieron figuras políticas como Gabriel Sánchez Zinny, María Eugenia Vidal y Clara Muzzio, quienes se unieron en oración por el nuevo Sumo Pontífice.
Durante su homilía, García Cuerva hizo hincapié en la necesidad urgente de fortalecer la «amistad social» y el sentido de comunidad en un contexto marcado por el individualismo y la desigualdad. Citó un hecho reciente que conmocionó a la sociedad: «La imagen de una señora fallecida en el piso de un casino de la provincia de Buenos Aires, mientras otras personas continuaban frenéticamente apostando en las máquinas de fuego», reflexionó el arzobispo. «Es urgente la amistad social, redescubrir a los hermanos… porque va claramente en contra de una tendencia marcada por un individualismo que genera soledad y muchas formas de descarte».
En su discurso, García Cuerva también recordó las palabras del Papa León XIV durante su asunción. Este eligió su nombre en honor a León XIII y su histórica encíclica «Rerum novarum», que abordó la cuestión social durante la Revolución Industrial. «El Santo Padre tomó su nombre recordando al Papa León XIII; nos dijo: ‘Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial’», citó el arzobispo. «Hoy, la Iglesia ofrece su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en defensa de la dignidad humana».
La misa no solo fue un momento espiritual sino también una reflexión sobre los retos actuales que enfrenta la sociedad argentina. La participación activa de figuras políticas subraya cómo los temas religiosos y sociales están intrínsecamente ligados en el contexto nacional. En un día donde se decidían futuros legislativos, esta ceremonia ofreció un espacio para la meditación sobre valores fundamentales que deberían guiar a toda comunidad.
Fuente: NA