La construcción en La Rioja continúa atravesando una crisis profunda luego de un 2024 con paralización de obra pública y la falta de envíos de fondos nacionales a la provincia, con grandes cifras de desempleo y diferentes obras públicas paralizadas. Según el ingeniero Alfredo Ghinatti, vicepresidente de la Cámara Riojana de la Construcción, el sector enfrenta un panorama crítico, con solo 900 trabajadores en actividad de los 3.000 habituales, lo que representa un desempleo del 70%.
En diálogo con La Red, Ghinatti destacó que la situación fue planteada recientemente al gobernador Ricardo Quintela en una reunión mantenida el viernes pasado. “El gobernador estaba al tanto de la crisis que vivimos en 2024. Le solicitamos analizar la posibilidad de reactivar obras paralizadas, aunque sabemos que los fondos son limitados”, explicó. “No quería que termine su gestión con ninguna obra sin terminarse”, comentó Ghinatti, refiriéndose a la intención del gobernador de concluir las construcciones iniciadas. “Nos invitó a mediados de enero a reunirnos de nuevo para analizar, porque tienen ellos la idea de, con fondos provinciales, terminar todas las obras pendientes”.
Durante el encuentro, el mandatario expresó su intención de finalizar su gestión sin dejar obras inconclusas y propuso un nuevo encuentro en enero para definir una programación de trabajo. “Nos dijo que tienen la idea de terminar las obras con fondos provinciales. Entre las prioridades se encuentran 900 viviendas que quedaron paralizadas este últimos tiempo, además de hospitales y escuelas”, señaló el vicepresidente de la Cámara.
En este sentido, Ghinatti reconoció que las medidas tomadas hasta el momento por parte del gobierno provincial son insuficientes para revertir la crisis: “Con fondos provinciales se pudieron finalizar algunas obras en la capital, pero para el sector sigue siendo insuficiente”. “El Gobernador dijo que iba a hacer el esfuerzo para, con ese financiamiento, también lanzar alguna obra nueva, no tan solo la terminación de las que están en ejecución”, expresó.
El impacto de esta situación afecta directamente a miles de familias y plantea un desafío urgente para la planificación pública y la gestión de recursos. “Nuestro sector fue el que más se contrajo. El desempleo está en el orden del 70%, tenemos 900 trabajadores en actividad cuando generalmente en 3000 empleados”.
“Eso repercute en el comercio, ferreterías y toda la cadena asociada a la construcción. Hay casi un 20% de empresas que tuvieron que cerrar y el resto está complicado”, dijo.
El ingeniero también mencionó el cierre de empresas debido a la crisis: “Casi el 20% de empresas tuvieron que cerrar. Las otras están bastante complicadas, porque tuvieron que pagar gastos fijos de empresa para subsistir y estar de pie para el 2025”.