El Fondo Nacional de las Artes es una política cultural que vela y abraza nuestra identidad artística y cultural. La entidad tiene más de sesenta años y atravesó gobiernos de distintos signos políticos; incluídos los de facto, manteniéndose en pie en las épocas más oscuras de nuestro país. Hoy, el proyecto de ley ómnibus impulsado por Javier Milei atenta contra la existencia del FNA y con él, la lucha y la consagración de miles de artistas, escritores e intelectuales cuyo arte fue y es respaldado por el fondo.
La ley ómnibus impulsó una serie de medidas que atentan contra nuestra cultura, entre ellas se propone cerrar el Fondo Nacional de las Artes (FNA), creado en 1958 por iniciativa de la escritora Victoria Ocampo para impulsar el desarrollo de las artes en el país. Esta medida atropella una de las pocas políticas culturales que cuenta con muchos años de historia y trayectoria, y donde pasaron artistas reconocidos como Jorge Luis Borges, Antonio Berni, María Elena Walsh, Astor Piazzolla y Ricardo Piglia, quienes fueron beneficiados por los programas de préstamos, becas y premios del organismo.
Gachi Prieto, directora de Gestión Federal de Cultura del FNA, dialogó con La Red y explicó que el fondo funcionó ininterrumpidamente desde su creación para brindar apoyo a artistas argentinos de diversas disciplinas, como artes visuales, música, teatro, danza, diseño y arquitectura. “Es una institución autárquica que se financia a través del dominio público pagante, que consiste en las regalías de artistas fallecidos hace más de 70 años. Durante los primeros 70 años son los herederos quienes recaudan las regalías, pero después de ese periodo, se consideran ciertos índices para destinar esos fondos a distintos propósitos”, indicó Prieto.
El proceso es transparente y claro, destinando fondos y subsidios a organizaciones sin fines de lucro, becas de creación y formación para artistas, proyectos y préstamos pequeños y con garantías, permitiendo a los artistas enfrentar los costos de sus creaciones.
“Aunque el Fondo Nacional es pequeño en términos de empleados, tiene un alcance nacional y federal, financia proyectos e iniciativas en todo el país”, explicó a La Red la investigadora de arte contemporáneo y docente de la UNC, Ilze Petroni. Ambas coinciden en que los fondos otorgados por el FNA son “fundamentales para mantener viva la producción” y sostener a los artistas en sus trabajos: “Las becas del FNA abarcan diversas líneas de financiamiento, como becas de creación individuales y grupales, becas de investigación y becas para gestión. En mi área de trabajo en artes visuales, estas becas permiten la profesionalización de prácticas artísticas y la formación de recursos humanos. Es importante destacar que muchas propuestas presentadas al Fondo tienen presupuestos mayores a los montos máximos financiados, y los artistas complementan estos recursos con aportes de otras fuentes”, explicó Petroni.
Durante 2023 se entregaron 485 becas de formación y 989 becas de creación, 1474 en total, por $ 228.820.000. Se entregaron 105 préstamos por $ 106.083.000. En 116 subsidios, se distribuyeron $ 78.260.938, y en 151 concursos, $ 40.035.000.
Un recorrido histórico: El FNA y su compromiso con el patrimonio cultural argentino
El Fondo Nacional de las Artes fue fundado el 3 de febrero de 1958, a través de un decreto-ley. Una de sus promotoras fue Victoria Ocampo, una de las escritoras más relevantes de nuestra historia, y desde entonces abrazó a músicos, artistas, actores, cineastas, fotógrafos, escritores, bailarines, artesanos, arquitectos y diseñadores de todo el país para que persigan sus sueños y fortalezcan nuestra identidad.
Desde su inicio es una institución precursora y un ejemplo a seguir en el mundo. Recién en 1965 se crea un organismo similar, el National Endowment of the Arts en Estados Unidos, que fue seguido por el Fondo Internacional para la Promoción de la Cultura de la Unesco, en 1974, y la Fundación Nacional de Arte de Brasil (FUNARTE), en 1976, entre otros.
El fondo funcionó ininterrumpidamente desde entonces, incluso durante las épocas oscuras de la dictadura, la institución continuó funcionando y luchando por nuestras raíces y tradiciones: “En las últimas gestiones, se ha trabajado especialmente en la transparencia y el alcance territorial y federal”, indicó Prieto, y agregó que “incluso durante la pandemia cuando muchas producciones de música y teatro estaban cerradas, se dieron fondos desde el Ministerio de Cultura, apoyando a artistas desempleados a partir de las becas Sostener Culturas”.
El fondo también cuenta con un valioso patrimonio en obras de arte que fueron adquiridas durante muchos años y donadas por los propios artistas. En la sede de Alsina 673 preserva con una colección de 2498 obras, entre pinturas, esculturas, dibujos y artesanías. Muchas fueron adquiridas en concursos (como premios adquisiciones) y otras compradas por la institución. En los primeros años del FNA, se hicieron algunas donaciones. La colección contiene obras de Emilio Pettoruti, Eduardo Sívori, Xul Solar, Alfredo Prior, Pablo Curatella Manes, Carlos Alonso, Luis Seoane, María Martorell, Ennio Iommi, León Ferrari, Noemí Gerstein y Pablo Siquier, entre muchos otros: “este patrimonio es esencial para la cultura y debe ser garantizado y preservado”.
“El fondo es muy importante y que pueda ser cerrado es alarmante para todo el sector cultural de nuestro país”, aseguró Prieto.
El FNA es uno de los organismos más reconocidos y prestigiosos a nivel internacional en las artes y la cultura de nuestro país: “desde su fundación, ha brindado oportunidades a numerosos artistas de distintas disciplinas. Desde Antonio Berni e incluso Jorge Luis Borges, Leonardo Favio, Alejandra Pizarnik, Ricardo Piglia, Josefina Robirosa y Martín Kohan se beneficiaron de los aportes del Fondo Nacional, fortaleciendo sus poéticas y discursos, trascendiendo posiciones políticas e ideológicas”, explicó Petroni.
La ley ómnibus y el atropello a la cultura
La ley ómnibus establece explícitamente cerrar el Fondo Nacional de las Artes, a partir de la derogación de la ley de su creación: “esto sería una gran tragedia para el patrimonio cultural e histórico, el impacto sería terrible, afectando a todas las áreas de la cultura. Todas las instituciones culturales de nuestro país, las academias de arte, críticos y asociaciones de galerías están manifestándose y repudiando este proyecto”, aseguró Prieto.
La funcionaria explicó que la ley no solo tendrá un impacto en la gestión presente, sino que “impactará en el futuro de nuestra cultura”. “El FNA, como entidad autárquica, no representa un gasto para el erario público, ya que se financia con sus propios ingresos, sin afectar al déficit fiscal”.
“Es crucial comprender que el arte y la cultura no solo tienen un valor económico, sino que también contribuyen a la identidad, la reflexión, el disfrute y la conexión con lo espiritual. Estos ámbitos enriquecen más allá de lo material y juegan un papel fundamental en la construcción de un mundo mejor, promoviendo el encuentro, la diversidad y la posibilidad de soñar y cuestionar nuestra realidad”, aseguró Petroni.
El miércoles pasado, diversos sectores del arte y la cultura, agrupados bajo el nombre “Unidos por la Cultura”, convocaron a un cacerolazo cultural para expresar su rechazo al DNU y la ley ómnibus propuestos por el gobierno de Javier Milei. El posible cierre del FNA preocupa a artistas e intelectuales no solo en nuestro país, sino también en la región, debido al temor de un menoscabo y ataque a la identidad cultural argentina.