
En La Rioja, el proceso de adopción atraviesa realidades complejas y profundas. Alicia Valdéz jueza de menores transitoria de la primera circunscripción judicial MP 1616 detalló el funcionamiento del Registro Único de Aspirantes a la Adopción y expone los principales desafíos que enfrenta el sistema en la provincia.
«El registro es de carácter provincial, pero está adherido a la Dirección Nacional, por lo que se articula con un sistema de registro nacional», explicó la magistrada. El objetivo principal es evaluar y registrar a quienes desean adoptar, tanto en aspectos técnicos como en su disponibilidad y compromiso.
Una realidad fluctuante
El número de familias inscriptas en el registro es variable. Según Valdéz, esto se debe a que muchas veces los postulantes están disponibles solo en ciertos contextos: «Algunas personas manifiestan una franja etaria determinada, otras aceptan grupos de hermanos o niños con condiciones de salud específicas. Pero muchas veces, ante una convocatoria concreta, responden que no pueden en ese momento por razones personales o familiares».
Actualmente, hay 12 niños y niñas declarados en situación de adoptabilidad. La mayoría pertenece a las franjas más difíciles de ubicar dentro del sistema: niños de segunda infancia (desde los 6 años en adelante), adolescentes y grupos de hermanos.
Las causas del ingreso
Las razones por las cuales los niños ingresan al sistema de protección son diversas. La más frecuente es el vencimiento de las medidas excepcionales de protección, dictadas ante graves situaciones de vulneración de derechos en la familia de origen. La ley establece un plazo de 180 días para evaluar si el niño puede regresar con sus vínculos familiares. Si no es posible revertir esas condiciones, se declara su adoptabilidad.
Otra vía, aunque menos frecuente pero en aumento, es la renuncia voluntaria a la maternidad o paternidad, es decir, madres que deciden desde el embarazo o después del parto entregar a su hijo en adopción. “Esta causal está empezando a tener más visibilidad y aceptación. Se respeta el proyecto de vida de cada mujer, entendiendo que maternar no es una obligación natural ni social, sino una decisión personal”, afirmo Valdés.
Mitos y realidades sobre la adopción
Uno de los mayores retos del sistema es desmitificar la concepción errónea que muchas personas tienen sobre la adopción. «Hay quien cree que adoptar es para cumplir el deseo de tener un hijo, y que el niño debe adaptarse a lo que el adulto espera. Pero no es así», enfatiza la jueza.
La adopción, remarca, es una institución pensada para garantizar el derecho de los niños a tener una familia, no al revés. Por eso se hacen charlas informativas previas, para que quienes deseen postularse comprendan la verdadera finalidad del proceso.
Valdez subrayo la importancia de aceptar a los niños tal como son: «Son chicos más grandes, con historias, con subjetividades en desarrollo. Es el adulto quien debe estar dispuesto a acompañar ese proceso, a promover su bienestar emocional y su integración en un entorno familiar sano y amoroso».
Balance y desafíos
En lo que va del año, se ha concretado al menos una adopción en la provincia: la de un bebé de nueve meses, entregado voluntariamente por su madre desde el hospital. Estos casos, por lo general, tienen trámites más rápidos.
Sin embargo, los procesos más frecuentes suelen ser largos y complejos, ya que implican evaluaciones técnicas, plazos judiciales y, sobre todo, la espera de encontrar una familia dispuesta a abrir su corazón a chicos que no cumplen con el estereotipo idealizado de «bebé recién nacido».