Escribe: Valentina Urus
La actriz estadounidense acaba de ganar su segundo Oscar y hace rato que se convirtió en un símbolo del arte moderno, deslumbrando con sus papeles y sus actuaciones en la pantalla grande.
Si te gusta el cine pero también si sabes poco, es muy posible que en tu cabeza resuene el nombre de Emma Stone, la simpática pelirroja que habrá aparecido más de una vez en tu pantalla interpretando un personaje icónico. La actriz se ganó nuestros corazones no solo por su increíble compromiso actoral sino también por su dulzura y carisma es un ejemplo para muchos jóvenes que inician su camino en la actuación y la tienen como referente y como la Meryl Strepp de nuestra generación.
Desde comedias románticas para adolescentes hasta personajes complejos y oscuros. El camino de Emma para convertirse en la gran influencia actoral que es en nuestros tiempos fue transitado con mucho esmero y trabajo. Sus inicios se remontan en películas como Supercool (2007), Loco y estúpido amor (2011) y quizás la que más la consagró como una futura estrella: Se dice de mí (2010) cuando interpreta a Olive, una joven que usa los rumores escolares a su antojo y beneficio.
Otro de los papeles que hicieron que la joven actriz entre de lleno en nuestras casas e infancias es el papel de Gwen Stacy, un personaje ficticio que aparece en los cómics del Hombre Araña, publicados por Marvel Comics, y que por lo general es un personaje secundario pero que bajo la dirección de Marc Webb se convierte en el interés amoroso de Peter Parker, interpretado por el queridísimo, Andrew Garfield en El sorprendente Hombre Araña (2012).
El ascenso de Emma Stone en Hollywood tomó un rumbo mucho más sólido con Birdman (2014), donde dio vida a Sam Thomson, la hija y asistente de Riggan, quien le dio su primera nominación en los premios Oscar al interpretar a una adicta en recuperación. También fue el último papel de Emma como una adolescente, marcando un futuro camino mucho más maduro en sus actuaciones.
En el 2016, finalmente, Emma Stone gana su primer Oscar como mejor actriz al interpretar a Mia en La La Land, una película romántica que pone en juego la historia de amor entre una aspirante actriz y un músico frustrado (Ryan Gosling) a la par que se homenajea los grandes clásicos musicales del cine. En esta obra, Emma no solo pone en juego sus dotes actorales, sino también musicales, sensibilizando en todo momento mientras vemos el declive del amor y los sueños individuales.
Otro de sus grandes papeles lo protagoniza en La Favorita (2018), dirigida por Yorgos Lanthimos, en donde interpretará a una sirvienta un tanto ambiciosa que no teme afrontar ningún tipo de adversidad en pos de conseguir lo que desea: escalar de posición social en una Inglaterra de principios del siglo XVIII enemistada con Francia. En una disputa amorosa y de poderes se involucra con la enfermiza reina Anne y su amiga Lady Sarah.
Sus futuros trabajos se extendieron en icónicas películas como Cruella (2021) y La Maldición (2023). Pero la que la hizo volver a ganar el Oscar fue Pobres Criaturas (2023), cuando se vuelve a reunir con el director, Yorgos Lanthimos, para interpretar a Bella Baxter, una mujer que, tras ser resucitada por el ingenioso y poco convencional científico Dr. Godwin Baxter (interpretado por Willem Dafoe), experimenta un notable proceso de crecimiento y transformación bajo su cuidado. Impulsada por un deseo insaciable de explorar y experimentar lo que antes le era desconocido, decide escapar junto a Duncan Wedderburn (encarnado por Mark Ruffalo), un abogado con una perspectiva del mundo sofisticada pero moralmente cuestionable, en un viaje que los llevará a través de múltiples continentes.
Entre las actrices nominadas a la categoría estaban Gladstone y Stone, pero también Annette Bening por (Nyad), Carey Mulligan por “Maestro” y Sandra Hüller por “Anatomía de una caída”.
Si hay algo que caracteriza a Emma Stone es su dulzura, talento y carisma. Y así lo demostró tras subir al escenario para recibir su premio, comenzando su discurso con “Mi vestido está roto, creo que sucedió durante I´m just Ken”. Entre lágrimas agradeció el honor de conformar el elenco de Pobres Criaturas y la categoría a mejor Actriz con sus talentosas colegas: “No se trata de mí, se trata de un equipo que se reunió para hacer algo más grande que las sumas de sus partes. Y esa es la mejor parte de hacer películas”.
Su voz, su gestualidad y su energía no solo la hicieron brillar en películas cómicas como pudimos contemplar al principio de su carrera sino en papeles más dramáticos. Sus personajes, que orbitan entre los límites del bien y el mal pueden evocar sensualidad, miedo, repulsión o incluso ternura. Es por eso que el personaje de Belle Baxter, siguiendo la lógica frankensteiniana y las virtudes de Emma Stone como actriz a lo largo de su trayectoria le queda a la medida. Sus carisma nos hace empatizar con un personaje que al principio es torpe, cruel y egoísta, rozando los límites de la monstruosidad para finalmente conseguir una humanización integra y poderosa.