Nuevo gobierno, nuevo contrato. Nadie queda de aquella foto del 2012 que selló el nacimiento del programa Automovilismo para Todos: Amado Boudou (ex vice), Juan Manuel Abal Medina (ex jefe de Gabinete), Florencio Randazzo (ex ministro del Interior) y Oscar Aventin (ex presidente de la ACTC). El vínculo firmado entre la cúpula teceísta y el gobierno kirchnerista vence el 28 de febrero y las charlas para la renovación cambiaron de protagonistas y de escenarios. Desde Balcarce 50, el Ejecutivo pregona más austeridad y el automovilismo no quedó exento a los recortes.
El vínculo con el kirchnerismo fue a cambio de 96 millones de pesos por año, plata en mano (el programa ATP tributó IVA). Hoy los números son otros. El gobierno de Mauricio Macri cambió de cartera al APT (como también al Fútbol para Todos). Pasó de la Jefatura de Gabinete a las huestes de Fernando De Andreis, secretario general de la Presidencia, quien nombró a Fernando Marín para ocuparse de ambos programas. En la primera reunión con la ACTC estuvieron De Andreis, Hugo Mazzacane (pope del TC), Marín y Fernando Miori (gerente de la ACTC). Los dos últimos son los que continúan las charlas para cerrar el nuevo contrato.
El tema está muy avanzado, aunque todavía no cerrado. El Estado se puso duro: quiere bajar el dinero en un 50% (la cifra alcanzará los 50 millones de pesos por un año). Desde la ACTC tratarán de que la firma sea, al menos, por dos temporadas, pero pinta difícil. Eso sí, se liberará la publicidad durante las transmisiones de las competencias. Por ahí pasa buena parte de las negociaciones por estas horas. Es que el Estado pretende quedarse con el 50% de la recaudación que generen los espacios que venda la ACTC, el único encargado de comercializarlos. Desde la entidad tratarán de bajar ese canon.
De movida, en la entidad que maneja al TC sacaron cuentas y el costo de producción para las emisiones del TC, TN y TC Mouras supera con creces esos 50 millones en el año. “La situación preocupa. Esto nos obligó a barajar y dar de nuevo”, le contaron a Olé desde la ACTC. Ese volver a repartir apunta al nuevo espectro de negocio que incluye la necesidad (y obligación) de salir a tentar a las empresas para que apuesten en el Turismo Carretera. Confianza hay. Además de la publicidad, desde la entidad también piensan en la posibilidad de vender los derechos al exterior. De ahí las ganas de cruzar el Río de La Plata para correr en Uruguay.
Si bien desde la cúpula del TC intuían, previo a las elecciones, que si ganaba Macri habría cambios, “no pensábamos que iban a ser tan abruptos. Vivimos días moviditos”, confesaron. En los próximos días quedaría sellada la continuidad del APT, al menos por el 2016. Con bastante menos plata, eso sí.
Fuente: Olé