La comercialización de naftas y gasoil en todo el país registró su octava baja consecutiva. La caída afectó a todos los tipos de combustibles, siendo la nafta premium la más perjudicada, con una disminución del 21 por ciento.
El 2024 es definitivamente un mal año para las estaciones de servicio. Las ventas de combustibles al público cayeron por octavo mes consecutivo en septiembre y acumularon una baja del 6% en lo que va del año.
En detalle, en el noveno mes del 2024 los estacioneros vendieron 1.313.875 m3 de nafta y gasoil en todo el territorio nacional (aún no hay datos disponibles de octubre), lo que representó una baja del 11,7% en relación a septiembre de 2023, cuando se vendieron 1.489.197 m3, según datos publicados por la Secretaría de Energía de la Nación.
La caída fue la segunda más importante de los últimos tres años. Sólo en junio de este mismo año se había dado una retracción más profunda (12,05% de baja).
Pese a este escenario, en noviembre se retomarían los incrementos de combustibles. No se sabe con exactitud cuánto aumentarán la nafta y el gasoil en boca de expendio, pero en el sector se habla de un incremento que superaría el 5 por ciento. Como referencia, se puede tomar la evolución del barril de crudo Brent, que comenzó el mes en USD 71 y hoy se encuentra en el rango de los USD 76 (7% de suba). A eso se le debe sumar el efecto de la inflación de octubre, que según las consultoras rondaría el 3%, y el impacto de la devaluación, que sigue siendo del 2% mensual.
De cualquier forma, habrá que esperar hasta el 1° de noviembre para conocer la decisión de las petroleras, que siguen viendo como se retrae el consumo en las bocas de expendio de casi todo el país.
Las ventas por producto
Otro dato negativo, es que todos los productos que se comercializan en las estaciones de servicio cayeron. El peor resultado lo tuvo la nafta premium, que sufrió una caída del 21% entre septiembre de 2023 e igual mes de este año. Fueron en total 175.915 los m3 vendidos de este destilado en el noveno mes de este año, contra 221.713 de igual mes del año pasado.
En lo que respecta a la nafta súper, la caída fue menos pronunciada, pero igualmente significativa. Las estadísticas publicadas por la Secretaría de Energía indican que entre un año y otro se dejaron de vender 21.591 m3 de ese producto, lo que se tradujo en una disminución de ventas del 3,7%,
Tampoco el gasoil tuvo un buen desempeño, especialmente en la versión común. Los datos oficiales indican que las estaciones de servicio de la Argentina vendieron 371.074 m3 de combustible diésel común en septiembre de este año, contra 459.855 m3 que se comercializaron el año pasado. La diferencia en ese caso fue de 88.781 m3 (-19%).
Por su parte, el gasoil premium registró una caída de ventas del 8%. Se habían vendido 225.727 m3 de ese destilado en 2023 y se despacharon 206.575 m3 en septiembre de este año, lo que marcó una diferencia de 19.152 m3.
Sólo una excepción
Sin importar por dónde se miren los números, los resultados son siempre negativos. Así como se registraron bajas interanuales en todos los combustibles, también se observaron caídas en la comparación mes a mes para todos los combustibles.
Asimismo, si se analizan los resultados de ventas de combustibles por provincia, se observa que prácticamente en todo el país sucedió lo mismo. Sólo hubo una sola excepción en el contexto de caída de ventas. Se trata de la provincia de Santa Cruz, que registró un repunte del 3,89% entre agosto y septiembre. Córdoba (-10%), Jujuy (-8,68%) y Misiones (-8,57%) fueron las jurisdicciones más afectadas.
Ahora bien, para entender las razones detrás de esta caída sostenida en las ventas, se deben tener en cuenta varios aspectos. Por un lado, está claro que la alta inflación y la pérdida de poder adquisitivo han llevado a los consumidores a priorizar gastos esenciales, reduciendo el uso del automóvil privado, lo que afecta directamente a la demanda de combustibles.
Por otro lado, las variaciones en el precio internacional del petróleo y las políticas de precios internos aplicadas en el país han generado incertidumbre en el mercado. La fluctuación de precios en los surtidores, con aumentos frecuentes, ha provocado que muchos usuarios opten por cargar menos combustible o buscar alternativas más económicas, como el transporte público.
El desafío mayor seguirá siendo la recuperación del nivel de ventas, especialmente si la situación económica no mejora en el corto plazo. Con una demanda golpeada y una oferta diversificada, el sector de combustibles en Argentina se enfrenta a uno de sus años más complejos, con miradas puestas en las decisiones políticas y económicas que puedan cambiar el panorama en 2025.