María Inés Burgos Castro, madre de un joven detenido en La Rioja por violencia de género, denunció públicamente un grave caso de presunto pedido de coima por parte de su abogado defensor que tendría “contacto” con la una magistrado por medio de un letrado que es “su esposo”. El pago del dinero permitiría el avance de la causa judicial. En una entrevista con Radio La Red, María Inés compartió con dolor y frustración los detalles de su experiencia.
“Me pidieron una coima para que mi hijo salga libre”, declaró María Inés Burgos Castro. Según su testimonio, un abogado, identificado como “Gerardo Leguizamón León”, mencionó la posibilidad de influir a través del esposo de la jueza “Jesica Díaz Marano”, identificado con el apellido “Cáceres”, a cambio de tres millones de pesos. La influencia permitirá la libertad del detenido. Jesica Díaz Marano está cargo del Juzgado de Violencia de Género y Protección Integral de Menores N°1.
“Es una cantidad que no podemos pagar. Solo quiero que se acelere el proceso para que mi hijo recupere su libertad y pueda volver a su vida”, expresó con desesperación la denunciante. Por esta situación, la mujer presentó la denuncia del presunto caso de coima en el juzgado del juez Daniel Barría.
La mujer detalló los numerosos obstáculos que enfrentó al intentar denunciar la situación. “Inicialmente fui a la Procuraduría (Fiscalía General), donde me informaron que debía dirigirme al Juzgado N°2 bajo la supervisión del doctor Barría para presentar la denuncia”, explicó. A pesar de presentar pruebas contundentes, incluido un Habeas Corpus que fue rechazado al día siguiente, sintió que el sistema judicial no respondía a sus demandas urgentes.
La madre afectada no ocultó su indignación ante lo que percibe como una red de complicidades dentro del sistema judicial local. “Me siento completamente desamparada. Es evidente que hay intereses ocultos que están poniendo en riesgo la libertad y la salud de mi hijo”, expresó.
Ante la falta de resultados, María Inés llamó a otras familias en situaciones similares a que se unan y denuncien. “Esto no puede seguir así. Si no nos levantamos y alzamos nuestra voz, seguirán abusando de nuestra vulnerabilidad y de la falta de recursos”, afirmó con determinación.
“Espero que mi testimonio pueda provocar un cambio, aunque mis esperanzas en la justicia de La Rioja estén gravemente comprometidas”, finalizó la mujer.