En una sesión maratónica, la Cámara de Diputados aprobó este martes la nueva fórmula jubilatoria, alcanzando un acuerdo entre distintos bloques de la oposición. Con 160 votos a favor, 72 en contra y ocho abstenciones, la iniciativa consiguió media sanción tras unificar las propuestas del kirchnerismo, la UCR, Hacemos Coalición Federal y la Coalición Cívica.
Durante la jornada, la oposición dialoguista y el peronismo trabajaron en conjunto para consensuar un dictamen único, diferenciándose en varios puntos de la última fórmula aprobada por el oficialismo. La nueva fórmula jubilatoria busca abordar los problemas estructurales del sistema, especialmente en épocas de recesión económica.
En diálogo con La Red, el economista y docente Luis Herrera brindó su perspectiva sobre la situación del sistema jubilatorio argentino. Explicó que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) se nutre principalmente de los aportes de los trabajadores y empleadores. “El sistema jubilatorio tiene dos puntas: los aportantes, que contribuyen con el 11% de su sueldo más el 16% de los empleadores, y los beneficiarios, que son los jubilados y pensionados”, detalló.
Herrera subrayó que el sistema enfrenta serios problemas durante períodos de recesión, caracterizados por mayor desempleo y empleo informal. “En estas épocas, los jubilados y pensionados necesitan que sus beneficios se equiparen con la inflación, creando cuellos de botella en el sistema financiado por los aportes”, explicó.
El FGS, creado en 2008, se diseñó para contrarrestar estos ciclos económicos adversos. Sin embargo, Herrera señaló que el fondo, en su mayoría invertido en bonos del Estado, enfrenta dificultades para mantener su valor en contextos inflacionarios. “El problema se agrava cuando el fondo está en manos del Estado y la recesión reduce los aportes disponibles”, añadió.
El proyecto aprobado en Diputados busca solventar estos problemas estructurales. Sin embargo, el presidente Javier Milei ya anunció que vetará la ley. Herrera expresó que los jubilados han sido los principales perjudicados en el gobierno actual, con aumentos por debajo de la inflación. “Si no hay dinero de los aportantes, es muy difícil que este sistema funcione. Si no salimos de la recesión, es imposible que el sistema tenga dinero para pagar las jubilaciones”, advirtió.