Escribe: Valentina Urus
Fotos: Gabriela A. Moreno
El 24 de noviembre pasado miles de jóvenes y adultos se reunieron para celebrar y defender los derechos conquistados de las diversidades sexuales en el mes de orgullo.
El 2 de julio de 1992 se realizó la primera marcha del orgullo gay-lésbico-trans en Argentina. Desde entonces, cada noviembre la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer, visibiliza los reclamos, las conquistas y el orgullo por la elección de cada orientación sexual, identidad y expresión de género. En la provincia de La Rioja fue la 14° vez que la Marcha del Orgullo LGBTTIQ+ llegó a la plaza 25 de Mayo convocada por la asamblea diversa que organiza el evento.
La consigna de este año fue conmemorar y abrazar los 40 años de democracia, que tan de la mano vienen con los derechos adquiridos para la comunidad LGBTI, los cuales, siempre serán puestos en el foco del cuestionamiento y la vulnerabilidad. “La deuda sigue siendo con nosotrxs” fue uno de los gritos de batalla de la comunidad, reivindicando la deuda histórica que la sociedad tiene para con los travestis, los maricas y las lesbianas.
En un mundo heteropatriarcal que dominan los roles de género y las apariencias de la heteronormalidad, que miles de jóvenes conquisten las calles céntricas de la provincia para reivindicar su diferencia denota de una gran valentía. Como escribía el autor chileno, Pedro Lemebel: “Mi hombría es aceptarme diferente, ser cobarde es mucho más duro”.
Las marchas del orgullo, pese a sus consignas tan arduas y sus pedidos de justicia y derechos por los que ya no están, siempre mantienen una estética de festividad, donde los colores, los brillos, las plumas, los bailes, las canciones de las reinas pop y las banderas son los elementos con los que se arma la comunidad LGBTI para dar con sus gritos de batalla y triunfo. Para muchos, las marchas son ese momento del año en que se puede ser lo que realmente se es: rodeado de la comunidad y creando un mundo aparte por un ratito donde nada malo puede pasar. No existe el acoso, no existe la vergüenza. Solo el orgullo.
La Red dialogó con el profesor de música y gestor cultural, Fernando Castro Ortubia, que trabajó en la organización del evento. El artista hizo hincapié en la importancia de asistir a las marchas por “todo lo que a la comunidad le falta conseguir y lo que queda en el tintero por resolver”. “Hay muchas luchas a las que todavía hay que ponerle el cuerpo, y además para festejar lo que se ha conseguido después de tanto tiempo y tanta gente que ya no está para que hoy podamos tener derechos adquiridos”.
Asimismo, la marcha resultó muy importante también para que los familiares y amistades de la comunidad, ya que muchos se movilizaron para acompañar y defender los derechos de sus seres queridos en tiempos en donde han sido cuestionados y puestos en antena de juicio. Para muchos, resultó la primera marcha de la resistencia tras la victoria del presidente electo Javier Milei. Al respecto, Ortubia invitó a movilizarse cada vez que se pueda: “necesitamos demostrar que estamos presentes y vamos a seguir; esta marcha es de resistencia y para prepararnos a estos próximos cuatro años, donde sabemos que habrá decisiones que afecten a la comunidad y a las mujeres”.
El cupo laboral trans, el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y la educación sexual integral son algunos de los derechos que se integraron en nuestro país y que le facilitaron la vida en muchos aspectos a las personas de la comunidad. No obstante, en cada marcha del día del orgullo se sigue exigiendo su garantía y la defensa porque permanezcan en vigencia y no sean cuestionados en ningún tipo de crisis política-social.
Además, alzar la voz por los compañeros que ya no están siempre es un ritual muy importante en cada marcha del orgullo. En La Rioja se bautizó en el escenario diverso en conmemoración de Lorena Gacitúa, conocida como “La Pulula”, una destacada activista de la comunidad trans de La Rioja fallecida hace más de una década, y fue una gran impulsora de la marcha que hace 14 años se realiza en la provincia.
La movilización en La Rioja en este contexto socio político, donde causas y asambleas unieron fuerzas, no solo celebró los avances logrados en las calles, sino que a su vez, puso de manifiesto la unión ante los desafíos pendientes en materia de derechos humanos y diversidad en la provincia, buscando generar conciencia y acción para una sociedad más inclusiva.