El jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó hoy que el Gobierno aspira a que el conflicto salarial con los docentes "se resuelva lo antes posible, para que las clases comiencen normalmente".
Durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada, donde se presentó un plan de "modernización" del Estado, el funcionario dijo que "el problema" en torno a las paritarias "tiene que ser resuelto entre las provincias, la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional y en eso estamos".
"Queremos que esto se resuelva lo antes posible, para que las clases comiencen normalmente, que es nuestra aspiración", señaló Peña, a falta de una semana del día previsto para el inicio del ciclo lectivo en la mayor parte de las escuelas del país.
Peña ratificó la oferta que el ministro de Educación, Esteban Bullrich, le hizo la semana pasada a los gremios de alcance nacional de $ 8500 como nuevo sueldo mínimo, pero también defendió la estrategia oficial de postergar el acuerdo. Evitó hablar sobre las denuncias de amenazas que reveló esta mañana el titular del gremio Suteba, Roberto Baradel.
"No vamos a hacer, como se hacia antes, firmar una paritaria nacional y dejar después que cada provincia resuelva . Acá el problema se tiene que resolver en equipo", dijo Peña.
Aseguró que la Casa Rosada "acordó con los gobernadores para que las provincias trabajen sobre una idea en torno al 25 por ciento de aumento con una asistencia del Gobierno nacional para llegar al porcentaje del 30 por ciento". Y aseguró: "La paritaria real ocurre en cada provincia".
A principios de la semana pasada, el ministro Bullrich propuso llevar el mínimo para todos los docentes del país de los $ 6060 actuales a $ 8500 a partir del 1° de julio. La magnitud del aumento desató la furia de los gobernadores, que deben afrontar el aumento a los docentes en un año de números en rojo, y obligó al ministro a aclarar que las provincias pagarán hasta el 25 por ciento de las subas, mientras que la Casa Rosada se hará cargo del resto a través del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
A contramano de la lógica que guió la negociación con los maestros en los últimos años, el Gobierno decidió que esperará a que avancen las negociaciones en buena parte de las provincias antes de ponerle la firma a la oferta nacional.
Fuente: La Nación