
La emoción congeló a los miles de fieles congregados en la plaza San Pedro. La Guardia Suiza cargaba a hombros el féretro del papa Francisco rumbo a su destino final y se detuvo unos segundos, justo enfrente del lugar asignado a Javier Milei y la comitiva argentina. El Presidente aplaudió, con la mirada fija, casi sin pestañear.
Fue un momento dramático en una mañana cargada de sensaciones, en un escenario imponente, con 250.000 personas agolpadas para despedirse de Jorge Bergoglio, el papa argentino. Milei asistió al igual que otros 50 jefes de Estado, diez monarcas y cientos de representantes oficiales de todo el mundo.
Lo secundaron su hermana Karina; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el vocero presidencial, Manuel Adorni; el canciller, Gerardo Werthein; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; la ministra de Desarrollo Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo.
Al final de la ceremonia Milei partió para compartir un almuerzo con la premier italiana, Giorgia Meloni.
Poco antes del amanecer en Roma había hablado con radio Mitre: una larga conversación en la que recordó su encuentro con Francisco y sus disculpas por haberlo atacado. “Le pedí perdón cuando lo vi por primera vez. Yo no tenía orden de magnitudes en lo que implicaba ser el líder de una comunidad. Tengan en cuenta que yo filosóficamente soy anarco capitalista. Esas figuras en mi cabeza no estaban, no existían”, dijo. Según su relato, el Papa le dijo: “No te calentés, son errores de juventud”.
Sus primeras horas en Roma lo tuvieron contrariado por los comentarios en medios y redes sociales sobre su no asistencia a la capilla ardiente de Francisco, ya que el vuelo presidencial aterrizó en Roma cuando ya había cerrado. Se encargó de fustigar en X y en radio a quienes señalaron ese detalle. “Me parece que raya el mal gusto, propio de cerdos”, dijo, al asegurar que la invitación que recibió era para el sábado y no para el viernes.
Milei llegó a la Plaza San Pedro 15 minutos antes del comienzo de la misa. Conversó animadamente con integrantes de la comitiva argentina, con sacerdotes y otros dirigentes que estaban cerca suyo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su mujer Brigitte se acercaron al féretro del papa Francisco y luego fueron a saludar a Milei, que conversó animadamente con el matrimonio. El mandatario argentino los había recibido el año pasado en Buenos Aires, antes de la cumbre del G20 en Brasil. A Donald Trump no pudo cruzárselo en la plaza. El norteamericano tenía asignado un lugar en la misma fila pero a bastante distancia; llegó más tarde y se fue antes que Milei. Al mediodía romano ya estaba en vuelo de regreso a su país.