
En la Catedral Metropolitana, en Buenos Aires, donde se celebró este domingo el tradicional Tedeum por el 25 de Mayo, se vivió un momento tenso y llamativo: el presidente Javier Milei ingresó al templo sin saludar a su vicepresidenta, Victoria Villarruel, ni al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, a quien incluso dejó con la mano extendida en señal de saludo.
El episodio ocurrió en el marco de una ceremonia de gran significación institucional y espiritual, a la que asistieron las principales autoridades del país. En medio de la expectativa por el reencuentro público entre Milei y Villarruel —tras semanas marcadas por el silencio y las especulaciones sobre tensiones internas—, el gesto del mandatario dejó un mensaje claro: pasó de largo sin mirar ni dirigirles palabra.
La situación también involucró a Jorge Macri, que aguardaba en la fila de recepción a las autoridades. Al ver al presidente acercarse, Macri le extendió la mano, pero Milei continuó su marcha sin detenerse ni responder al gesto, mientras saludaba con entusiasmo a otros presentes, entre ellos el diputado José Luis Espert, con quien se fundió en un abrazo.
Las imágenes quedaron registradas en la transmisión oficial del acto, que mostraba al mandatario caminando por el pasillo central de la catedral acompañado por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva.
El gesto presidencial, en un contexto tan simbólico como el de una celebración religiosa por la fecha patria, no pasó inadvertido y alimenta las versiones de un distanciamiento político con su compañera de fórmula y con referentes del oficialismo local.