
La secretaria de Trabajo de La Rioja, Miriam Espinoza, marcó un panorama alarmante sobre la situación laboral e industrial de la provincia, en medio de una crisis nacional que avanza sin freno. En diálogo con La Red, la funcionaria habló de despidos masivos, empresas en crisis y la falta de previsibilidad en las políticas públicas.
“Hay una absoluta incertidumbre en todos los rumbos. Las políticas nacionales se deciden día a día, muchas veces sin un plan estratégico. Es parche sobre parche, decisiones apresuradas, sin predecibilidad, y eso complica a los empleadores y, por detrás, a los trabajadores”, afirmó Espinoza.
Entre los casos más preocupantes, se refirió al despido de aproximadamente 160 trabajadores en la empresa Puma, ocurrido a principios de año, producto de una fuerte caída en las ventas. “Fue un número muy importante para nuestra provincia”, remarcó.
También mencionó la situación de Arreglos Empresa, que, a pesar de ser una firma ordenada y sin antecedentes de conflictos laborales, decidió desvincular a siete trabajadores con muchos años de antigüedad. “Pagaron más del 100% en los acuerdos, que ya se cumplieron”, explicó.
Otro caso fue el de Textil Alpaclar, que a inicios de año aplicó un plan de suspensiones para reducir su actividad ante la baja en la demanda. Pero la situación más crítica fue la de Textilcom, que cerró sus puertas sin previo aviso, al igual que en la provincia de Catamarca. “Tengo una posición clara sobre empresarios que actúan de forma irresponsable. Toda la gente despedida llegó a acuerdos de indemnización en diciembre, pero no les estaban pagando, así que debieron acudir a la vía judicial”, denunció Espinoza.
La secretaria también informó que en su momento se clausuró la planta de Textilcom con todas las herramientas adentro, pero tras acuerdos con el sindicato, se autorizó la reapertura. “Ese hombre sigue incumpliendo, vemos que es su forma de actuar, perjudicar a diestra y siniestra”, agregó.
Por último, habló sobre la situación de la Cooperativa La Riojana, que presentó un procedimiento de crisis tras una abrupta caída del 50% en sus ventas. “Tienen los sueldos al día, pero se encendió la alarma. Nos manifestaron su preocupación y anticiparon esta situación por la fuerte retracción del consumo. Allí trabajan casi 200 personas”, detalló. «Es importante dejar en claro que, dicho por ellos, la empresa está lejos de quebrar», dijo, pero que la situación amerita a guardar riesgos.