La modificación de la ordenanza que prohíbe la pirotecnia de estruendo, permitiendo ahora el uso de pirotecnia de bajo impacto sonoro, ha generado una fuerte preocupación en la comunidad de padres y organizaciones que luchan por la inclusión de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otras condiciones sensibles al ruido. Agustina Maldés, integrante de MAMIS Activa, organización que agrupa a madres de niños con TEA, expresó, en La Red, su sorpresa ante la modificación, por lo que indicó “no teníamos conocimiento de que se iba a tratar una modificación ni cómo había surgido esa modificación”.
Maldés explicó que, si bien la pirotecnia cero había sido una conquista importante en años anteriores, la modificación abre una “puerta” para la venta de pirotecnia de bajo impacto sonoro, lo que podría complicar la vigilancia y el cumplimiento de la normativa. “Nos causó cierta preocupación y una advertencia, porque no se estaba cumpliendo como era pirotecnia cero. Creemos que esto será mucho más difícil de controlar”, señaló.
La activista también subrayó la falta de consulta a las organizaciones representativas antes de la aprobación de la modificación, un aspecto que considera clave. “Nunca fuimos consultados ni contactados para ver qué pensábamos sobre este cambio”, afirmó.
En cuanto al impacto de la pirotecnia en las personas con TEA, personas con hipersensibilidad auditiva y animales, Maldés remarcó la importancia de generar conciencia. “Cada año, hacíamos campaña para concientizar sobre los efectos devastadores que tiene el uso de pirotecnia en estas personas y animales. Nos parecía que, en este momento, no era el tiempo de hacer este cambio”, afirmó.
A su vez, hizo hincapié en el rol del Estado y las autoridades en la construcción de ciudadanía y empatía. “Es fundamental que el Estado, como motor de esta conciencia, se haga responsable y proteja a quienes sufren”, subrayó.
Finalmente, destacó que hay ciudades en el país, algunas más grandes que La Rioja, que han logrado implementar una normativa de pirotecnia cero con éxito, lo que refuerza su convicción de que, con el tiempo y la conciencia adecuada, una ciudad sin pirotecnia no es una utopía. “No estamos en contra de las tradiciones religiosas, pero creemos que el bienestar de las personas debe prevalecer”, concluyó.