
En el marco del Día del Trabajador, el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, presidió la misa del Jubileo de los Trabajadores con un fuerte mensaje centrado en la dignidad laboral, el ejemplo de Jesús obrero y el llamado a construir una sociedad más justa y participativa. La celebración tuvo lugar en la comunidad de Santa Rita, a cargo del sacerdote Miguel La Civita, y fue organizada junto a movimientos sociales y diversas áreas de la Pastoral Social.
Desde el inicio de su homilía, monseñor Braida evocó la figura de Jesús como “el hijo del carpintero”, destacando su identidad como trabajador manual junto a san José. “Jesús quiso ser reconocido como carpintero de Nazaret, y dijo: ‘Mi Padre trabaja y yo también trabajo’”, recordó, subrayando el valor espiritual y humano del trabajo.
El obispo se refirió a la realidad laboral de la provincia y expresó su cercanía a todos los trabajadores riojanos: agricultores, docentes, obreros, comerciantes, personal de salud y educación, trabajadoras domésticas, empleados públicos, y también a los que buscan empleo. “Rezamos especialmente por quienes hoy están desocupados, en búsqueda de una oportunidad”, dijo.
Cuatro claves del trabajo según el Papa Francisco
Inspirado por el pensamiento del Papa Francisco, a quien definió como un defensor incansable de la dignidad laboral, monseñor Braida desarrolló cuatro dimensiones esenciales del trabajo:
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Trabajo libre: El obispo alertó sobre las condiciones laborales que oprimen a los más vulnerables, en especial mujeres y niños, e instó a construir trabajos que liberen en lugar de alienar. “¿El trabajo me permite vivir en libertad o me hace depender de condiciones que no me dejan crecer?”, cuestionó.
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Trabajo creativo: Valoró el aporte original de cada persona en su tarea y criticó las estructuras que impiden a los jóvenes desplegar sus talentos. “No podemos cortar las alas a quienes tienen tanto que dar con su inteligencia”, afirmó.
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Trabajo participativo: Destacó la dimensión relacional del trabajo como obra de Dios destinada a toda la humanidad. “¿Podemos trabajar en una relación respetuosa con los demás? ¿Pensamos en quién se beneficia del fruto de nuestro trabajo?”, preguntó a los presentes.
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Trabajo solidario: Llamó a crear espacios de acogida para los desempleados y resaltó la importancia de los movimientos sociales y políticas públicas que incluyan a los marginados. “¿Cómo están nuestras organizaciones hoy? ¿Incluyen a los que están al costado del camino?”, interpeló.
Un llamado a la esperanza y al compromiso colectivo
Citando al beato Enrique Angelelli, monseñor Braida reconoció que “todavía nos cuesta mucho sumar todas las manos para construir juntos esta tierra de bendición”, y convocó a seguir trabajando unidos por una Rioja más justa.
“Sabemos que unidos a Dios somos más libres, creativos y solidarios. Podemos ayudarnos más concretamente y compartir sueños para realizarlos juntos”, concluyó el obispo, invitando a vivir el trabajo como un acto de fe y servicio.