
El creciente uso de las redes sociales ha generado una mayor exposición de los adolescentes a estándares de belleza muchas veces irreales e inalcanzables. En este contexto, se observa un fenómeno preocupante: el uso excesivo de cosméticos y rutinas de cuidado estético en niñas y adolescentes, que puede tener un fuerte impacto en su salud mental.
Estefanía Coloma, licenciada en Psicología MP 436, profundizó sobre el tema y advirtió sobre un fenómeno emergente conocido como cosmeticorexia «Aunque todavía no está reconocido formalmente como un diagnóstico clínico, en los consultorios vemos cada vez más casos de jóvenes con una preocupación excesiva y compulsiva por su apariencia física», explicó Coloma.
ESTEFANIA COLOMA LIC.EN PSICOLOGÍA MP 436
Esta necesidad constante de modificar la imagen, ya sea a través de cosméticos o incluso mediante procedimientos estéticos, genera un alto nivel de ansiedad y frustración en los adolescentes. «Nosotros hablamos de fusión cognitiva cuando los chicos se enganchan completamente con sus pensamientos, muchos de los cuales son influenciados por el contexto social y las redes», detalló la especialista.
La presión social lleva a que muchos adolescentes desarrollen creencias rígidas como: «Debo verme de determinada manera para ser aceptado», «Si no tengo este cuerpo, no valgo nada», o «Mi valor depende de cómo me ven los demás». En el caso de las niñas, es común la obsesión por mantener una piel perfecta, sin granos ni imperfecciones, y por proyectar una imagen de juventud permanente.
Las consecuencias no son menores. «Estas preocupaciones generan un gran sufrimiento emocional, ansiedad, baja autoestima e incluso conductas de evitación social. Muchos chicos prefieren no asistir a reuniones o cumpleaños si sienten que no lucen como creen que deberían», señaló Coloma.
El fenómeno de la cosmeticorexia pone en evidencia la necesidad de un abordaje integral, donde tanto los adultos responsables como los profesionales de la salud mental puedan acompañar a los adolescentes, promoviendo una imagen corporal saludable y realista, y ayudándolos a desarrollar recursos emocionales que les permitan manejar la presión de los estándares sociales.