Cada 20 de Julio es una fecha especial en Argentina porque el día del amigo ya es parte de la idiosincrasia nacional, un momento de celebración y encuentro. En este día, desde Radio La Red nos propusimos visibilizar aquellos espacios en que los vínculos de amistad se nutren diariamente y se transforman en un lugar de contención.
“La orquesta es un proyecto principalmente humano”, sostiene ‘Monchi’ Navarro, director de la Orquesta Comunitaria Enrique Angelelli. Más allá de la música, enseñan desde el amor, el abrazo y la ternura, e inevitablemente ello fue generando un fuerte vínculo entre cada uno de sus integrantes.
Actualmente se encuentra integrada por cerca de 60 niños, niñas y adolescentes que van desde los 4 a los 26 años. Ensayan por grupos de instrumentos dos veces por semana, y los jueves tienen su gran ensayo general. Además, comparten cada tarde la merienda y, aunque se encuentran ubicados en la zona este, asisten desde los más diversos puntos de la ciudad.
La música como punto de encuentro
Todo surgió con la idea de un proyecto musical hace poco más de 13 años, pero la amistad se fue gestando en el andar, y se convirtió en un plus especial para este grupo humano. “Es una familia elegida, siempre lo decimos porque es así”, asegura ‘Monchi”.
Su amor por este espacio es innegable: “Me emociona y me conmueve que puedan ver la orquesta como una trinchera de amor, porque en definitiva la amistad es eso, el cultivo del amor compartido”, relata.
Luego de tantos años fueron miles los sueños cumplidos, pero también miles la complicaciones y necesidades sociales extremas que debieron sortear, y son quizás aquellos momentos difíciles los que han logrado fortalecer y enriquecer el vínculo profundo que hoy ostentan.
Su director cuenta que es un vínculo tan hermanado que los lleva a compartir vivencias diarias más allá de la orquesta, como partidos de fútbol, cumpleaños y diversos proyectos; incluso él fue elegido como padrino de uno de los chicos.
El sentido de pertenencia está a flor de piel, atravesado por historias de familias que generación tras generación siguen formando parte de este, su lugar. Tal es el caso de Karen, quien actualmente integra el equipo docente de la orquesta, pero inició siendo tan solo una niña aprendiz de violín que era acompañada por su mamá en cada actividad. Hoy ella ya es madre, y sus hijos, desde muy pequeños, ya son un eslabón más en este gran grupo humano.
“La música es un duende hermoso y generoso que siempre cultiva lo colectivo. Es una metáfora de la vida, porque estamos acá para compartir”, asegura el “Desempañador de la esperanza”, como reconocen a ‘Monchi’, a quien le cuesta comprender la vida de otra manera que no sea en comunidad. Destaca que este tipo de proyectos incentivan el “respirar colectivamente”, tratando de que cada corazón tenga su espacio, su lugar para encontrarse con otro y fortalecer juntos estos enriquecedores lazos de amistad.
Un año más,
en ronda,
soñando, bailando, cantando,
creciendo, llorando,
riendo, jugando,
tejiendo,
sembrando del brazo,
cómo un ritual de la ternura.
Así,
así los sueños,
Así,
tan de barro,
tan luciérnaga,
Así, la vida,
en un abrazo de orquesta,
Andando.
*Poema extraído de las redes sociales de la Orquesta