
La situación sanitaria en Villa Unión, cabecera del departamento Coronel Felipe Varela, vuelve a estar en el centro del debate tras la sorpresiva salida del médico Junior Dantas, quien abandonó no solo la localidad sino también la provincia de La Rioja. Según explicó el periodista Oscar Tejada, Dantas dejó Villa Unión luego de denunciar —a través de un video y un escrito— que había recibido amenazas y que desde el Ministerio de Salud se le habría anticipado que no podría ejercer en ningún establecimiento público de la provincia.
“El doctor Dantas tuvo que irse. Lo comunicó en un video donde agradece a los pocos medios que le dimos voz y también denunció amenazas que, según dijo, recibió mientras trabajaba en la ciudad”, explicó Tejada en dialogo con Radio La Red La Rioja. Si bien el profesional no habría detallado el origen o contenido de esas amenazas, sí señaló haber recibido llamados telefónicos intimidatorios.
Tejada aclaró que desde el periodismo local solo intentaron brindar espacio a todas las voces y no tomar partido: “Nosotros solo le pusimos el micrófono para que pudiera expresarse. No se habló mal de nadie, solo se buscó reflejar lo que estaba pasando”.
Según explicó Tejada, el médico brasileño sostuvo que había un compromiso de palabra para trabajar en Villa Unión y que incluso existían mensajes de texto con autoridades de Salud donde se le informaba cuándo se le pagarían las guardias. “Él vino con la expectativa de quedarse, de traer a su familia y radicarse, pero terminó yéndose por la puerta de atrás. Y eso lo lamenta gran parte de la comunidad”, agregó.
La situación del hospital zonal Dr. Salomón Neira no es nueva. Según describió el periodista, el establecimiento funciona con solo tres médicos para cubrir todas las guardias, y muchos servicios que antes se prestaban —como cirugías o partos— ya no se realizan. “Antes acá se hacían operaciones de vesícula, se recibían partos. Hoy todo eso se deriva a Chilecito o a la capital, y a veces con ambulancias que no están equipadas para esos traslados largos”, denunció.
A todo esto se suma un clima interno complicado. “Muchos tienen miedo de hablar. Nos llaman o escriben para decirnos: ‘Contá esto, pero no digas que fui yo’. Tienen miedo a sanciones”, dijo.
“Mientras en los despachos discuten si hubo contrato o no, si hubo amenazas o no, lo cierto es que la salud en el oeste riojano está cada vez más frágil. Faltan médicos, faltan recursos, y los que sufrimos todo esto somos los vecinos que necesitamos atención y no sabemos si habrá un profesional disponible cuando lo necesitemos”, sostuvo el periodista.