La directora de la Unidad Ejecutora Contra Ciberdelincuencia, Silvina Santangelo Carrizo, alertó sobre la falta de monitoreo por parte de las familias e instituciones en las actividades en línea de niños y adolescentes. En diálogo con La Red, Santangelo Carrizo se refirió a la creación de grupos de WhatsApp utilizados para captar menores y explicó que “las amenazas en el ciberespacio se incrementan con el avance de las tecnologías y sus actualizaciones”.
La especialista enfatizó que la responsabilidad del uso de dispositivos electrónicos recae en primer lugar en el hogar, ya que es allí donde los menores reciben acceso a la tecnología. Sin embargo, sostuvo que el abordaje debe ser integral, involucrando también a las escuelas, los medios de comunicación y la sociedad en general. “Las amenazas ya no se limitan al cibercriminal que intenta que el niño caiga en sus garras; ahora nos enfrentamos a un fenómeno en el que los niños mismos crean grupos y participan en intercambios de contenido inapropiado, incluyendo ciberodio y bullying”, explicó.
Santangelo Carrizo afirmó que este fenómeno es global y se replica en distintas partes del país. “Está faltando un monitoreo de las actividades online que los chicos realizan, tanto por parte de las familias como de las instituciones. Este es un fenómeno completamente lesivo que puede afectar el desarrollo sexual natural de los menores y su convivencia social, generando un espacio de inseguridad y potencial amenaza”, advirtió.
Para abordar esta problemática, Santangelo Carrizo destacó la importancia de organizar jornadas educativas en las instituciones escolares, con la participación de estudiantes y sus familias. En estas actividades, se busca generar conciencia sobre los riesgos y responsabilidades asociados al uso de la tecnología.
La especialista también se refirió a un caso que conmocionó a la comunidad educativa de un colegio privado en San Martín, Buenos Aires, donde un alumno de 15 años fue acusado de vender fotos de compañeras modificadas con inteligencia artificial (IA) para que aparecieran desnudas. En relación a esta situación, Santangelo Carrizo aclaró que, en La Rioja, no se han detectado casos similares. “Hay dos denuncias en investigación, pero hasta ahora, no se ha encontrado evidencia de adultos detrás de estos grupos ni de la venta de imágenes. En nuestra provincia, se trata de adolescentes que, en una dinámica de comunicación tecnológica, comparten contenidos inapropiados”, informó.
En cuanto a las intervenciones realizadas, la directora señaló que han logrado resultados positivos, con jóvenes que tomaron conciencia de las implicancias de sus acciones y de los daños que pueden causar al compartir contenidos inapropiados. “Es importante recordar que borrar o revertir una huella digital es muy difícil. Una imagen subida a internet es prácticamente imborrable. Estamos logrando que los chicos tomen conciencia de esto”, concluyó.