Colaboradora: Valentina Urus
La XXI Feria del Libro en La Rioja fue el marco para el Primer Encuentro de Poetas del Norte Grande que se realizó en el Museo Folklórico y estuvo coordinado por la poeta y tallerista, Adriana Petrigliano y el docente y editor, Tomás Vera Barros. En diálogo con La Red, comentaron sobre el surgimiento de este proyecto que busca reivindicar las voces poéticas norteñas.
El proyecto surgió entre pausas y descansos de mesas de lectura en la Feria del Libro del 2022 en Santiago del Estero cuando los poetas del Norte advirtieron la gran necesidad de formar espacios para escucharse, leerse y compartir sus poesías. Esta propuesta fue tomada y posteriormente proyectada por Adriana Petrigliano con el acompañamiento del área de Letras y la Secretaría de Culturas y Ministerio de Turismo y Cultura de La Rioja, encabezada por Patricia Herrera, para transformar a la provincia en la gran anfitriona de este primer Encuentro.“Es el primero de La Rioja y en La Rioja, tratando de que sea un ciclo de al menos tres años para invitar a todas las provincias que conforman el Norte Grande” comentó Vera Barros. “Se tomó el concepto del Norte Grande a modo de dar una continuidad más abarcadora y generosa que las divisiones regionales de NOA, NEA, Cuyo, etc” afirmó.
En esta continuidad se destacaron las provincias de Catamarca, Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, La Rioja, Santiago del Estero y Tucumán. Durante dos días los poetas tuvieron un lugar para compartir, leer, intercambiar ejemplares y confraternizar con la poesía de su región, lleno de simbolismos y reivindicaciones. La última instancia del encuentro consiste en la realización de una Antología de la mano de Plano Editorial con el material leído y compartido entre las mesas y los poetas.
“Todos coincidimos en que a la poesía no la vemos como literatura o un género literario más sino como una manera de ver el mundo, como una manera de entender el mundo y como una manera de sobrevivir a tanta dureza” reflexionó Petrigliano sobre la poesía.
Dieron la bienvenida a poetas, el equipo organizador integrado por Adriana Petrigliano, Tomás Vera Barros, Mariana Agüero, Valentina Urus, Victoria Páez Belén, Yael Guerrero, Claudio M. Revuelta, Juan Pablo Mercado y Juliana V. Petrigliano. El Encuentro tuvo lugar con un total de tres módulos que se llevaron durante dos días y se pensó un programa con diferentes actividades, mesas de lecturas, charlas y presentaciones.
Las mesas de lectura fueron cargadas con mucho simbolismo al ser tituladas con los nombres de los árboles y las plantas autóctonas de la provincia a modo de dar un sentido ecológico y ambiental, pero también como forma de reflejar el cuidado y el cobijo que brinda la poesía del mismo modo que la arboleada riojana: algarrobos, lapachos y quebrachos son algunos de los títulos que emocionaron a los poetas.
“Estos nombres se unen con los ejes vertebradores del Encuentro que fueron el territorio, la identidad y el tiempo” reflexiona Tomás Vera Barros. Asimismo, las mesas fueron creadas por el equipo del Encuentro de una forma totalmente arbitraria, sin criterio alguno para respetar la diversidad poética que se halla en el Norte, en donde se cruzaban generaciones y procedencias. “Una mezcla simple, como el vientito que
mezcla las hojas de todos los árboles” comentó Petrigliano.
El domingo por la mañana se llevaron a cabo dos conversatorios poéticos que seguían temáticas particulares: por un lado, Poesía y Mujer, de la mano de Adriana con Livia Hidalgo y Silvia Barei, que vinieron a presentar un nuevo numero de la revista Palabras de poeta, buscando revalorizar la poética femenina. Por otro lado, un conversatorio con Aldo Parfeniuk coordinado por Tomás Vera Barros sobre un trabajo reciente siguiendo como temática lo ambiental y ecológico para reflexionar sobre el rol poético en las críticas ecológicas.
Del mismo modo se dio una mesa para los grandes poetas riojanos, a quienes en este caso se convocaron a Lucia Carmona, Pancho Cabral y Héctor David Gatica a modo de homenajear su trayectoria poética. Las actividades del domingo culminaron con una exclusiva entrevista a Leopoldo “Teuco” Castilla y la promesa de una Antología que retrate la tangibilidad poética que tuvo lugar en el museo Folklórico de la mano de los poetas invitados.
Poetas jóvenes
En el Encuentro se hallaron voces poéticas legendarias que albergaban grandes nombres, pero también voces nuevas que recién comenzaban a surgir con un puñado de libros editados y lecturas poéticas a través de sus teléfonos. “Vimos el hambre de poesía con el que llegaban los
jóvenes” comentó Adriana, reflexionando sobre la visibilización de aquellos poetas jóvenes que traen a colación nuevas construcciones, nuevas entonaciones y nuevos sonidos.
Dichas juventudes se destacaron en su recitado, por lo que Tomás rescata lo siguiente: “Me sorprendió la variedad de voces poéticas y diferentes imaginarios que se fueron poniendo en escena. Me llamó la atención un poco el desparpajo y la actitud jocosa y desafiante de los
poetas jóvenes del Este, y el tono un poco más grave, más reflexivo y más introspectivo de los poetas jóvenes del Oeste.”
Para el cierre del Encuentro se realizó un fogón simbólico en donde cada poeta debía arrojar al fuego abrazador sus versos y que estos resurgiesen en pequeñas cenizas que se llevarían como recuerdo de aquellos días mágicos. Gracias a la artesanía del Grupo Chimbas que realizaron unas conmemorativas vasijas es que los invitados pudieron llevarse todo el valor metafórico del Encuentro.
Recitados poéticos, números de tango y folclore y la música de Monchi Navarro de la mano de Belén Perea y los recitados de Claudio Revuelta fueron las actividades que finalizaron el primer Encuentro de Poetas del Norte Grande, junto a una pequeña asamblea en la que cada poeta iba proponiendo nuevos nombres a tener en cuenta para los futuros Encuentros: multiplicar la poesía y considerar futuros invitados es la principal misión de los coordinadores.
“La poética del Norte Grande es sumamente colorida, pero por su diversidad: En el Norte hay cerros, hay ríos, hay arena y hay cardones, pero también hay luces de neón, edificios y semáforos. Todo confluye” reflexionó Petrigliano.