<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Anoche, los Reyes
Magos deberían haber pasado y debieron dejar los regalos al pie de los zapatos,
los cuales ubicamos cerca del pastito y el agua para los camellos. Esta es la
ilusión de miles de niños (y no tan niños) en toda España e Hispanoamérica.
Hace muchos años este día era feriado en la Argentina, ya no. Hoy, en muchas
casas se come la “rosca de Reyes”, una confitura de masa dulce con esencia de
azahares o limón recubierta con crema, cerezas e higos: una corona como la que
utilizaban Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque también se asocia al amor eterno
de Dios, que no tiene principio ni fin. No obstante se cree que el origen de
esta tradición se remonta a los romanos. Durante los festejos al Sol Invicto.
De allí la forma circular.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">¿De donde
proviene esta tradición basada en la Biblia, hoy empañada por el gordinflón de
Papá Noel?</p>
<p class="MsoNormal">Leemos en el
evangelio de Mateo 2. 1-12: “…Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el
reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y
preguntaron: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos
su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo’. Al enterarse, el rey Herodes
quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos
sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía
nacer el Mesías. ‘En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito
por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre
las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el
Pastor de mi pueblo, Israel’. Herodes mandó llamar secretamente a los magos y
después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
los envió a Belén, diciéndoles: ‘Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del
niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle
homenaje’. Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto
en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa,
encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje.
Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como
recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes,
volvieron a su tierra por otro camino.”</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Esta celebración
popularmente conocida como “Día de Reyes” en realidad se denomina “Fiesta de la
Epifanía”, del griego </span>επιφάνεια<span lang="ES"> que significa “manifestación”. En este caso de Jesús, como Hijo de Dios, a
los pueblos paganos representados por los magos de Oriente. Aunque de Jesús
tenemos tres epifanías: A los magos de Oriente, a Juan el Bautista y en las
Bodas de Caná.</span></p>
<p class="MsoNormal">El Evangelio nos
relata: “unos magos” y no dice que era reyes, tampoco dice cuántos eran, y
agrega que eran de oriente, pero no dice de que país, por tanto no sabemos de
su tierra de origen, ni se mencionan sus nombres. Pero el término “magos” no es
como se utiliza hoy día, no sacaban conejos de las galeras, sino que eran
estudiosos de los astros, astrólogos y astrónomos que escudriñaban los cielos.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">La tradición
sostiene que venían desde Persia, que eran “celosos observadores de la justicia
y de la virtud.” Y se añade que son “la clase de sabios y doctores”. Para el
“Liber Pontificalis” que es una compilación de reseñas biográficas de los
primeros papas, desde san Pedro hasta Esteban V; Melchor (Melichior) es el Rey
de Persia, Baltasar (Bithisarea) es el Rey de la India y Gaspar (Gathaspa) es
el Rey de Arabia. El evangelio árabe de la infancia de Jesús también los ubica
en Persia y seguidores de Zoroastro. Y se fijó el número de tres, por los tres
dones que portaban.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">La llegada de los
Magos a Jerusalén fue diversamente interpretada en la tradición. La opinión más
frecuente en los padres de la Iglesia es que fue poco después del nacimiento de
Cristo. Sin embargo, la opinión ordinaria es que se pone sobre año y medio
después, ya que Herodes da la orden de matar a los niños de “dos años abajo.”</p>
<p class="MsoNormal">Si seguimos el
hilo del relato evangélico podemos leer que cuando ellos llegan “… entran en la
casa”. En ningún lado hace referencia a un establo o cueva, ni menciona un
pesebre. Por tanto es probable que ya no estuviera el Niño Jesús en el pesebre
donde ocurrió el parto, habría pasado algún tiempo, tal vez año y medio del
nacimiento, lo natural es que habitaran en una casa. Tampoco sabemos cuánto los
magos estuvieron en Belén.</p>
<p class="MsoNormal">Los misteriosos
magos de Oriente que llegaron a Belén para visitar al niño Jesús cautivaron
pronto la devoción y la fantasía popular de los cristianos. Ya en el siglo II
se les elevó a la categoría de reyes; esto se debió a que el salmo 72 dice:
“Los reyes de Tarsis y de Saba le traerán sus regalos; todos los reyes se
arrodillarán ante él”; y se creyó que los Magos eran estos reyes que habían
venido para cumplir la profecía.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">¿Qué fue de la
vida de estos magos de Oriente, luego de la epifanía de Belén? Si seguimos
estrictamente el método histórico científico, no se sabe nada. Pero la
tradición dice que murieron a edades avanzadas. Melchor a los 116 años.
Baltasar a los 112 años y Gaspar a los 109 años. Tampoco se dice que hayan
vuelto a sus tierras de Oriente, convertidos al judaísmo. Los textos
evangélicos solo dicen que: “…volvieron a su casa por otro camino”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">Será la
emperatriz Helena que en el año 300, presuntamente, dé con sus restos. De
Jerusalén, donde estaban sepultados, serán trasportados a Constantinopla. En el
año 347 san Eustorgio, arzobispo de Milán acudirá a Constantinopla y el
emperador Constantino I le obsequiará las reliquias de los magos. La idea del
arzobispo era de llevarla a la iglesia de santa Tecla en Milán y depositarlas
allí, pero los bueyes en las cuales las llevaban se pararon antes de traspasar
las murallas, por tanto fue interpretado como una señal divina y en ese lugar
se construyó un templo para custodiar las sagradas reliquias y del lado
derecho, a la altura del altar mayor se construyó el sepulcro-relicario con
estas inscripción: “Sepulcrum Trium Magorum”. Hoy este templo está dedicado a
san Eustorgio.</p>
<p class="MsoNormal">Cuando el
emperador Federico Barbarroja logró conquistar Milán, tomó los restos de los
magos en el año 1164 los llevó a la catedral de Colonia y se los entregó al
arzobispo Reinaldo de Dassel donde hizo construir un suntuoso relicario para
albergarlos. Pero el templo original eran muy pequeño y se planeó construir un
templo más grande, el cual es el que hoy podemos admirar: la catedral de
Colonia. Y se tardó 632 años en terminarse, comenzado su obra en el año 1248.
Lo interesante de esta magnífica construcción es que en la aguja central de la
catedral no posee una cruz, sino una estrella, simbolizando la estrella de
Belén.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Durante siglos,
el magnífico relicario permaneció cerrado hasta que el 20 de julio de 1864, el
relicario se abrió y esto nos relata un testigo de ese evento:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">“En un
compartimiento especial del relicario que ahora se ve —junto con lo que queda
de antiguas, viejas y podridas vendas, probablemente de biso, y con restos de
resinas aromáticas y sustancias semejantes— numerosos huesos de tres personas,
que bajo la guía de varios expertos presentes se podrían reunir en cuerpos casi
completos: uno en su juventud temprana, el segundo en su virilidad temprana, el
tercero más bien envejecido. Dos monedas, bracteates argentinos acuñados sólo
por una cara, acompañaban lo anterior; uno, probablemente de los días de
Philipp von Heinsberg, mostraba una iglesia, el otro mostraba una cruz,
acompañado de la espada de mando a un lado, y del báculo obispal al otro.” Una
vez realizados los estudios y demás cuestiones, los huesos se envolvieron en
seda blanca y fueron devueltos al relicario.</p>
<p class="MsoNormal">En 1903 gracias a
la intervención del cardenal Andrea Carlo Ferrari; Milán pudo recuperar parte
de las reliquias de los magos que habían sido saqueadas por Federico Barbaroja.
Serían fragmento de huesos de los tres cuerpos que se hallan en el relicario de
la catedral de Colonia. Hoy se vuelven a venerar en la iglesia de san
Eustorgio.</p>
<p class="MsoNormal">Algunas iglesias
ortodoxas que siguen sus liturgias de acuerdo al calendario Juliano, como ser
la rusa, celebran hoy la víspera de Navidad y Navidad será el 7 de enero.</p>
<p class="MsoNormal">Y aunque en todas
las iglesias católicas y de la reforma se celebra la fiesta litúrgica de la
Epifanía, no ocurre lo mismo popularmente. No en todos los países llegan los
“reyes Magos”. Como dijimos el comienzo, esta es una tradición Española,
transportada a Hispanoamérica. Pero en Italia llega “la Befana”.</p>
<p class="MsoNormal">La Befana es una
bruja buena. Según la leyenda, en su camino a Belén los magos se perdieron y le
pidieron ayuda a una anciana que muy amablemente les indicó la ruta y les dio
dulces y regalos para que le lleven al Niño Jesús. Sin embargo, cuando éstos la
invitaron a sumarse al viaje, la señora se negó. Al poco tiempo se arrepintió y
salió de su casa intentando encontrar a los magos para unirse al periplo. Al no
encontrarlos, comenzó a parar en cada hogar, regalándoles caramelos a los niños
con la esperanza de que alguno de ellos fuera el niño Jesús. Desde entonces, La
Befana viaja por el mundo haciendo regalos a todos los chicos. Y al igual que a
los reyes se le deja pastito y agua para los camellos a la Befana los niños
deben dejar una naranja o mandarina, y un vaso de vino y alguna galleta para
que recupere fuerzas para poder seguir su camino. Si le hacemos caso a la
leyenda, los magos se perdieron y bastante porque si de Persia llegaron hasta
la actual Italia se desviaron unos miles de kilómetros.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Algunos
historiadores asocian esta celebración con el culto a la diosa Ceres protectora
de la agricultura y los ciclos estacionales que llevaban a cabo los antiguos
romanos siguiendo con las celebraciones por el solsticio de invierno. En
realidad “la Befana” es una anciana con una escoba, antiguo símbolo de la
purificación de las casas y también de las almas; aunque hoy día es
representada con el estereotipo de bruja. Hoy se canta los famosos versos: “La
Befana vien di notte, con le scarpe tutte rotte. Col vestito da romana, viva,
viva La Befana!” (La Befana viene de noche, con los zapatos todos rotos. Con el
sombrero a la romana, ¡viva, viva La Befana!).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">Este día de la
Epifanía o más popularmente conocido como “día de Reyes” pidamos todos que nos
dejen en nuestro zapatos el fin de la pandemia, y así como la rosca de Reyes es
redonda y es una, nosotros los argentinos podamos volver a ser una sola “nueva
y gloriosa Nación” como la misma rosca, en la cual hay higos, cerezas, y crema,
pero todos forman una unidad.</p><p class="MsoNormal"><span lang="ES"><br></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES"><b>Fuente: Infobae.</b></span></p>