Y una noche en Mendoza, River volvió a ser River. El equipo que juega en campo contrario casi permanentemente, el del juego fluido y la identidad definida, el campeón de América. Con dos goles de Lucas Pratto, uno de Rafael Santos Borré y el restante del debutante Matías Suárez, derrotó 4-0 a Godoy Cruz en un encuentro pendiente de la fecha 13 de la Superliga y se recuperó tras tres caídas consecutivas en las que había dejado una imagen preocupante.
Luego de ganar la Copa Libertadores ante Boca en el Santiago Bernabéu, River cayó en un pozo futbolístico del cual le estaba costando salir. No logró llegar a la final del Mundial de Clubes e inició el año con 3 derrotas en fila en el Monumental (Defensa y Justicia, Unión y Patronato; esta última, con una alineación alternativa).
Y salió del trance porque así se lo propuso. Porque saltó al campo de juego del Malvinas Argentinas con la decisión que exhibió en el camino copero de 2018. Es verdad, levantaron el nivel varias individualidades, como Exequiel Palacios, Milton Casco y Lucas Pratto. También recuperó el equilibrio y la pisada fuerte con el regreso de Leonardo Ponzio. Pero primero debía recuperar la motivación, despojarse de los vestigios de la tensión y del festejo de la Superfinal. Y en Mendoza lo consiguió.
En pos de reiniciar el chip, al menos desde la postura, River apostó a la versión que mejor le sienta. Volvió la presión alta ante un adversario que intentó salir jugando con el balón sobre el césped, aunque con dificultad por la asfixia propuesta por el visitante.
Lucas Pratto puso en ventaja al conjunto de Gallardo tras una buena asistencia de Exequiel Palacios. Tras el tanto que rompió la paridad, el campeón de América sostuvo la presión extendida, generando incomodidad y dudas en el adversario. En consecuencia, recuperó rápido la pelota y siguió lastimando. A los 27′, Borré enganchó pisando el área y Arena frenó la avanzada con la mano. El propio colombiano firmó el 2-0.
Ya sin el sabor de la derrota en la boca, con la certeza de la capacidad de volver a ser y una buena presentación de Suárez, reemplazante del cambio de ritmo del emigrado Gonzalo Martínez, River se propone un sprint final en la Superliga que, al menos, le permita clasificarse a la Copa Libertadores 2020. Con el nivel que mostró ante Godoy Cruz, el objetivo será posible.
Fuente: Infobae