
En la esquina de las calles Vélez Sarsfield y Buenos Aires, pleno centro de la ciudad y a escasos metros de la Fiscalía General, César Batistone, dueño de una carnicería, vivió una situación angustiante cuando un delincuente aprovechó su breve ausencia para robarle una suma de 500 mil pesos.
Todo ocurrió en cuestión de minutos. “Fui a buscar cambio al kiosco de Luis y no quedó nadie en el local”, relató Batistone, aún con la indignación visible en el rostro. Mientras estaba fuera, un desconocido ingresó al comercio y sustrajo el dinero que estaba guardado en la caja, cuidadosamente escondido bajo el resto de los billetes.
La alerta llegó por un amigo que pasaba por el lugar y lo vio todo. “Me dijo que había salido alguien de la carnicería, y me preguntó si me faltaba algo. Le respondí que no creía… pero cuando fui a revisar, el fajito ya no estaba”, contó el comerciante. El ladrón, luego de cometer el robo, huyó rápidamente.
Batistone y su amigo intentaron perseguirlo sin éxito. “Las chicas del local de enfrente lo vieron entrar ahí también”, aseguró con firmeza en dialogo con Radio La Red La Rioja.
Lo que más llama la atención del hecho es que el delincuente no tomó otros objetos de valor que estaban al alcance. “Solo se llevó ese fajito. Había billetes de 20 mil, la llave del auto, el reloj… todo eso lo dejó”, dijo César, lo que alimenta la sospecha de que el ladrón sabía exactamente qué iba a buscar. “No sé si hizo inteligencia previa, pero parecía saber lo que hacía. Aunque estaba solo”, agregó.
Es la primera vez que el comerciante atraviesa una situación de este tipo. La bronca es doble: no solo por la pérdida económica, sino porque ocurrió en una zona muy transitada y vigilada. “Estamos al lado de la Fiscalía, en pleno centro… y nadie se dio cuenta de nada”, lamentó.
Batistone ya radicó la denuncia y aguarda una pronta respuesta de la policía: “Ojalá que Dios me ayude, porque con esa plata tenía que pagar la carne”.