Tras su muerte, la Justicia ordenó la autopsia del cuerpo, la cual determinó que Bravo falleció “por una hemorragia cerebral subdural, causada por traumatismo cráneo encefálico, debido a factores de tipo contuso a determinar, con posterior enclavamiento, depresión bulbar y paro cardiorrespiratorio irreversible”, es decir, un violento golpe en la cabeza.
En este sentido se oficializó la imputación de los efectivos policiales Nicolás Ochoa, Oscar Ríos y Matías Contreras, y el personal militar Oscar Ríos, sindicados como presuntos autores del “homicidio simple” de Alejandro Bravo, el conocido tatuador que falleció en el hospital tras descompensarse en la Alcaidía.
Sobre esto, el abogado de la familia del tatuador, Sergio Gómez manifestó que "el médico forense destierra que su muerte se haya dado por alguna patología y ratifica que murió a causa de un elemento contundente", sostuvo en La Mañana de La Red.
Asimismo comentó como se dieron los hechos detallando que "el 22 de enero de este año alejandro Bravo salió de la casa de un amigo a las 05:30hs en cercanías de la UNLaR y se dirigía al barrio 25 de Mayo, donde vivía con su novia. Allí alejandro es víctima de un robo, por este motivo golpeo puertas de varias viviendas pidiendo ayuda. Una de estas casa era la del policía Ochoa, nunca le preguntaron sobre qué le había sucedido y comenzó a ser perseguido por Ochoa y el militar Ríos quienes se encontraban de civil. Posteriormente llamaron a la comisaría Séptima e inmediatamente llegó y se procedió a la detención de Bravo", contó.
Además Gómez explicó que "los vecinos manifestaron que los efectivos lesionaron a Bravo con una gran violencia. Luego lo suben al móvil y lo llevan a la Alcaldía, en ese lapso Alejandro es golpeado. En Alcaidía hay un espacio donde no alcanza ninguna cámara, que es el garaje y Alejandro aparece en ese lugar agonizando", afirmó.
Por último Gómez remarcó que "en este contexto solicitamos al juez que se hagan las pericias correspondientes, entendemos que los elementos de prueba son contundentes de que se trata de un homicidio. El juez a través de los elementos tiene que delimitar este hecho, que se trata de un absurdo e irregular actuación y autoridad sin límites de la Policía la cual silenció a Bravo", concluyó.