No será un apoyo explícito a Mauricio Macri, pero varios de los puntos del documento que Sergio Massa presentará esta tarde en un hotel de Puerto Madero podrán leerse en clave de "cambio".
El tigrense estará flaqueado por los otros dos referentes del frente UNA, Roberto Lavagna y José Manuel de la Sota, con quien ajustó en las últimas horas los detalles de la presentación de hoy de cara a la segunda vuelta.
El documento tendrá una importante carga programática, como ya anticipó Massa desde que el domingo quedó tercero con cerca del 20 por ciento de los votos. Según pudo saber LA NACION, la redacción permitirá "varias lecturas". Desde el massismo deslizaron incluso un posible título del documento: "El camino del cambio".
Allí habrá expresiones sobre que "el kirchnerismo es el pasado" y que Massa "es garante de una agenda hacia el futuro". No faltarán los puntos que fueron clave en la campaña massista y que esperan que el próximo presidente se comprometa a llevar adelante: la lucha contra el narcotráfico, la ley de empleo joven y el 82 por ciento móvil para los jubilados.
El propio Massa ya dio ayer señales a favor de Macri. En una entrevista televisiva aseguró que "la gente no quiere continuidad" y a LA NACION, como se publica hoy, expresó: "El problema es de Scioli si no puede romper con el kirchnerismo".
La presentación de esta tarde en el hotel Hilton tendrá una importante previa desde la mañana. Se espera que asistan todos los dirigentes del frente a nivel nacional. El broche será cerca de las 18, con la presencia del tridente de UNA.
Anoche ya hubo una reunión a nivel bonaerense. En una de las marinas de San Fernando, Massa reunió a su tropa de la provincia para adelantar la posición que se tomará como espacio de cara al ballottage.
Asistieron, entre otros, el ex candidato a gobernador Felipe Solá, la diputada Graciela Camaño y los massistas que ganaron el domingo las intendencias de Tigre, San Fernando, San Miguel, Monte, Chivilcoy, Chascomus, Necocha, Villarino, Pringles, General Alvear y General Alvarado.
Fuente: La Nación