La canciller Susana Malcorra es la cara visible del Gobierno para cambiar la imagen del país en el mundo. Quizá por eso conoce muy bien el impacto que la política interna tiene hoy en el exterior, cuando habla del conflicto por el aumento de tarifas. "Esto ha generado una judicialización del tema, que no es bueno para el ordenamiento interno ni para la imagen de la Argentina ante el mundo", expresó, en una entrevista con LA NACION.
No es el único tema por el que Malcorra muestra preocupación, a la hora de pensar en inversiones externas para el país. "El mundo espera ver la inversión de los propios argentinos para saber cuán serio va esto", sostuvo, en relación al blanqueo de capitales que lanzó Macri. Y añadió: "La Argentina no es hoy un país competitivo".
-¿Macri cambió la imagen del país pero aún no atrae inversores. ¿Hay falta de confianza?
-Uno no revierte tendencias de un día para el otro. Desde el inicio de mi gestión dije que la confianza se pierde muy rápido y se gana con mucho tiempo y medidas consistentes. El primer paso para recuperar la confianza es presentar el país con la perspectiva que hizo Macri. Eso lo hicimos. Otro punto son las medidas que ayudaron a mejorar esa confianza, como la regularización con los holdouts. Y un tercer aspecto es la decisión que tomó el Congreso para acompañar las medidas del Poder Ejecutivo. Después vienen las pruebas de amor y esto tiene que ver con cuánto estamos los argentinos dispuestos a invertir en la Argentina. Esta es una señal muy fuerte que el mundo lee.
-¿Y qué está viendo el mundo?
-La Argentina no es hoy un país competitivo en muchos aspectos. Cuando se hacen inversiones, miran el costo de inversión y el mantenimiento de negocio a largo plazo. El plan de infraestructura es fundamental para mostrar confianza en el largo plazo. Estamos empezando a ver señales de inversión importantes. Muchas empresas internacionales ya han dado esas señales. El campo también es movilizador. Pero esto va a tomar un tiempo.
-¿Hicieron daño los vaivenes por el aumento de tarifas?
-Lo que le ha hecho daño a la Argentina es tener tarifas congeladas por tanto tiempo. Cuando uno tiene retraso de tarifas con una inflación sostenida del 30%, reordenar ese atraso no es sencillo. Lo que hizo el Gobierno fue revisar hasta dónde se podía hacer este ajuste. Esto ha generado una judicialización del tema de las tarifas que no es bueno para el ordenamiento interno ni para la imagen de la Argentina ante el mundo. Tampoco hay que perder de vista que el 83% de los usuarios pagó su tarifa. Estas cuestiones las está mirando el mundo para ver hasta dónde la Argentina tiene un modelo sostenible en el largo plazo.
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-¿Cuál es la estrategia de la Argentina ante el conflicto con Venezuela en el Mercosur?
-La posición de la Argentina es que no hay automaticidad de traspaso en la presidencia del Mercosur. Estamos en una situación atípica: no hubo traspaso, pero se asume un traspaso. Esto genera un vacío que es malo para el Mercosur.
-¿Cuál es el papel del Vaticano frente a la crisis de Venezuela?
-Tuve una reunión con el Papa y hablamos del tema. Francisco reiteró que estaba dispuesto a involucrarse en un mecanismo de mediación. Estamos cerca de armar un mecanismo en el que se pueda incluir un paraguas que incluya al Vaticano en el diálogo por Venezuela.
-¿Cuál es la idea de negociación con Londres por las Malvinas?
-La relación con el Reino Unido va más allá de las Malvinas. Tenemos una agenda que abarca otras cuestiones. Estamos iniciando el diálogo con la nueva administración de Gran Bretaña. La única forma de abordar el tema de las Malvinas es por medio del diálogo. Hay que abordar, por ejemplo, la avanzada de una comisión de Cruz Roja por los soldados enterrados NN, la cuestión vinculada con los vuelos. Hay preocupación de Londres por el tema hidrocarburos, que habrá que revisar. Hay voluntad para avanzar y destrabar cuestiones y restaurar vínculos de respeto y confianza en una situación difícil. Explorar caminos de negociación diplomática no se hace por la prensa.
-¿Qué postura llevará la Argentina a la cumbre del G-20?
-Los temas de la cumbre del G-20 [en China] ya están definidos. Nosotros vamos a mostrar definitivamente a la Argentina en su integración en el mundo, de manera madura y defendiendo los intereses del país.
-¿Cuál será la agenda con los Estados Unidos en materia de defensa y seguridad?
-Estamos tratando de invertir en equipamiento para que tengan sentido las Fuerzas Armadas. Hay equipamiento que podemos comprar a los Estados Unidos y otros países, que ellos a veces descartan y a nosotros nos da un acceso importante. Lo mismo con las fuerzas de seguridad. También, hay un intercambio de información en materia de lucha contra el narcotráfico. Se está viendo cómo hacer para realizar tareas de entrenamiento en las fronteras.
-¿Habrá un trabajo con EE. UU. para la selección de refugiados?
-Criminalizar a los refugiados es muy malo. Esta gente está escapando de guerras, como muchos de nuestros abuelos o bisabuelos hace cien años. Por ingenio de algunos malintencionados puede existir la posibilidad de infiltrar gene con otras intenciones. Hay que hacer un trabajo del perfil de las familias. La primera cuestión es que vengan familias que se puedan integrar. Para tener ese nivel de información vamos a trabajar con Estados Unidos, Europa y países de la región. El propio Israel puede ayudarnos para traernos esa tranquilidad.
-¿Coincide con Macri cuando calificó de "guerra sucia" a la época de la dictadura?
-No escuché toda la declaración. Lo que pasó en ese tiempo fue desastroso, fue la historia más oscura de la Argentina. El Presidente está convencido de esto. Personalmente, no uso el concepto de guerra sucia. Hubo un enfrentamiento asimétrico, que le da una responsabilidad al Estado distinta de la que le da a otros jugadores. Tal vez no hubiera usado el término guerra sucia, pero tampoco sé en qué contexto lo dijo. El compromiso de este Gobierno con los derechos humanos es profundo.
Fuente: La Nación