Superada la sorpresa inicial por las elecciones norteamericanas, el gobierno de Mauricio Macri comenzó a gestionar la posibilidad de un primer contacto telefónico del Presidente con el primer mandatario electo de los Estados Unidos, Donald Trump, a quien conoce de hace más de 20 años, para comenzar a dialogar sobre la continuidad de la buena relación bilateral que existe con el gobierno saliente de Barack Obama.
Las negociaciones por el llamado telefónico quedó en manos de la canciller,Susana Malcorra, que se encuentra hoy haciendo gestiones con el equipo de relaciones internacionales del presidente electo del Partido Republicano.
"Las gestiones de la canciller existen para que en cualquiera de estos días se pueda alcanzar un primer diálogo entre el Presidente y Trump", confirmaron a LA NACION fuentes oficiales de la Casa Rosada y de la Cancillería. Por ahora no precisaron quienes son los interlocutores republicanos con los cuales negocia Malcorra.
Un allegado al Presidente puso en duda la posibilidad de que Macri pueda conversar hoy mismo con Trump: el presidente electo tendrá una agenda cargada tras su triunfo electoral, por cuanto se reúne en la Casa Blanca con Obama, entre otros compromisos. Pero no descartan que la conversación se produzca en los próximos días.
De hecho, el primer mandatario expresó esta mañana que tiene "la mejor predisposición" para sentarse a dialogar con el presidente electo de los EE.UU y oficializó que apuesta a la "continuidad" de las buenas relaciones con Washington.
"Vamos con la mejor predisposición para sentarnos a dialogar. Esperemos que asuma. Todavía no hemos tenido contacto con la nueva administración, pero esperamos que los programas que hemos lanzado van a ser positivamente continuados", dijo en Luján.
En rigor, Macri busca ahora restablecer el viejo vínculo de amistad que tenía con Trump en los años 80, cuando exploraron negocios inmobiliarios en Nueva York, que finalmente quedaron en manos del mangante norteamericano. En aquellos años Macri y Trump solían jugar al golf; en un partido que ganó el entonces empresario argentino su contrincante rompió los palos por la bronca de la derrota.
Macri se refirió hoy a ese tema y no descartó volver a los greens. "Tengo medio abandonado el golf, pero tal vez él también (por Trump) y sigue siendo parejo", afirmó Macri.
Este replanteo cobra significancia porque tanto Macri como Malcorra habían apostado fuertemente a respaldar abiertamente a la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, y en la Casa Rosada estaban convencidos de que ella ganaría las elecciones.
Esa postura de favoritismo buscó retribuir al gobierno de Obama el respaldo que le dio a Macri desde el principio de su gestión y la envergadura de la visita del presidente de los Estados Unidos a la Argentina, cuando trajo a gran parte de su gabinete para darle un apoyo rotundo al presidente argentino recién asumido.
Además, Malcorra siempre buscó el apoyo de la Casa Blanca para su candidatura a la secretaría general de la ONU, que finalmente no pudo obtener.
A cambio de ello, el discurso y la agenda de Macri en los Estados Unidos siempre estuvieron volcados a exhibir cercanía a los máximos dirigentes demócratas y no previeron ninguna relación con los referentes republicanos de Trump, lo cual fue considerado un error diplomático en algunos sectores de la Cancillería.
De hecho, Macri le dijo al ex presidente norteamericano Bill Clinton durante una conferencia conjunta en Nueva York, en septiembre último, que lo esperaría en Buenos Aires en 2018 para la Cumbre del G-20, en su condición de "primer caballero" de su esposa Hillary.
Fuente: La Nación