
Por primera vez en más de dos décadas, La Rioja no tendrá su tradicional Feria del Libro. La noticia fue confirmada por el subsecretario de Culturas, Nicolás Halket, quien lamentó profundamente la suspensión del evento cultural más importante de la provincia. La decisión, explicó, responde a los recortes presupuestarios y al difícil contexto económico nacional, que ya afecta de manera directa a las actividades culturales en todo el país.
“Esta es la actividad cultural más importante de la provincia. Pero ante las obligaciones salariales y la situación actual, se decidió suspenderla”, afirmó Halket en entrevista con Radio La Red La Rioja.
La feria, que estaba prevista para el 2 de julio, ya contaba con propuestas confirmadas de los 18 departamentos del interior, incluida Capital. Según explicó el funcionario, “todo estaba armado”, pero la realidad económica se impuso. Aún así, aclaró que la medida no implica una cancelación definitiva, sino una suspensión con vistas a una posible reprogramación.
“No vamos a emparejar para abajo. La feria debe hacerse con la calidad que merece. Ya estamos trabajando en alternativas con propuestas locales”, sostuvo.
Halket fue directo al señalar al Gobierno nacional como responsable del vaciamiento cultural que atraviesa el país. “Este tipo de gobiernos como el de Milei atacan primero a la cultura, a la ciencia, a lo que nos da identidad. Nos está pasando lo que antes solo veíamos en otras provincias”, remarcó.
También se refirió al corte total de financiamiento por parte de los organismos nacionales: el INCAA, el Fondo Nacional de las Artes, el INAMU y el Instituto Nacional del Teatro, entre otros. “Hace más de un año que el Espacio INCAA no recibe fondos, y sin embargo sigue funcionando. Hacemos todo lo que podemos, pero ya es insostenible”, alertó.
Pese a la suspensión, el subsecretario aseguró que la estructura cultural provincial se mantiene activa: museos, salas de arte, espacios culturales, programas territoriales y encuentros de escritores seguirán en marcha “hasta donde se pueda”.
“Nosotros no nos vamos a la casa. Seguimos trabajando, repensando. No aceptamos que un riojano no pueda escuchar a un Felipe Pigna. Vamos a buscar cómo hacerlo posible”.
El comunicado oficial habla de “suspensión y reprogramación”. El sector cultural, entre el dolor y la resistencia, insiste en no naturalizar el ajuste: “No se trata solo de una feria. Se trata de nuestra identidad”, concluyó Halket.