
Desde hace más de dos meses, 38 operarios de la Cooperativa Nueva Esperanza de Chamical, permanecen sin trabajo efectivo, sin materia prima y sin ingresos estables. La planta se encuentra paralizada, y la incertidumbre crece.
Oscar Daniel Lucas, operario y socio de la cooperativa Socios, explicó: “la planta está sin trabajar porque no mandan pedidos desde la empresa de Córdoba”. A pesar de que las cooperativas están formalmente activas, la producción se ha detenido por completo debido a la falta de insumos y la suspensión de encargos.
“La empresa dice que no tiene ventas, por eso no envía la materia prima. Pero, contradictoriamente, nos siguen pidiendo trabajo”, relató Lucas, evidenciando la precariedad en la relación laboral que se ha establecido entre las cooperativas y las empresas intermediarias.
Los 38 operarios llevan semanas sin cobrar, y cuando lo hacen, son montos insuficientes. “Después de casi tres semanas, cobramos apenas 25 mil pesos”, agregó. Esto representa una remuneración muy por debajo del salario mínimo, lo que hace inviable sostener las necesidades básicas de las familias involucradas. A la falta de ingresos se suma el desgaste emocional de los trabajadores, que muchas veces son convocados sin certezas.
Las cooperativas, que nacieron como una alternativa de empleo autogestionado, hoy enfrentan una situación crítica. La falta de acompañamiento estatal y la dependencia de empresas privadas que incumplen con los suministros y pagos, han puesto en jaque la sustentabilidad del proyecto.
Los trabajadores exigen respuestas concretas, tanto de las empresas como de las autoridades, y un mayor compromiso para garantizar su derecho al trabajo y a condiciones laborales dignas.