Jean-Charles Chatard está convencido de que, a cuatro años del crimen de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, la verdad está lejos de ser conocida. "Después de una larga instrucción y de un proceso de tres meses, la Provincia no puede vanagloriarse de haber rendido justicia a las víctimas y a las familias", dijo el periodista francés en la conferencia de prensa el lunes último, en la que presentó la segunda edición de su libro "Francesas, autopsia de un doble asesinato".
"A pesar de la difusión de mi libro en mayo pasado, ni la Ciudad Judicial ni la Gobernación de la Provincia consideraron útil lanzar un debate popular. Tal silencio firma el futuro entierro del asunto", sentenció Chatard.
El Instituto Francés de Huellas Genéticas (IFEG), a pedido del juez de instrucción de Francia, realizó un estudio de las pruebas de ADN que aparecían en los hisopados que se habían hecho a Bouvier y Moumni. El IFEG, que es considerado como uno de los mejores laboratorios a nivel mundial en su materia, recibió las muestras de ADN selladas para excluir cualquier contaminación.
Este estudio reveló en octubre de 2011 la presencia de dos huellas genéticas masculinas y una femenina en el pantalón y en los órganos genitales de Cassandre: tres perfiles nuevos que no pertenecen ni a Clemente Vera, Daniel Vilte o Gustavo Lasi, únicos imputados por el caso Bouvier-
Moumni. Esto significa que hay tres personas -dos hombres y una mujer- implicados que están en libertad.
Según Jean-Charles Chatard, los resultados llegaron a la Argentina inmediatamente; sin embargo, el juez Martín Pérez no consideró "útil o necesario" incluirlos en el expediente de instrucción, decidiendo deliberadamente omitir una prueba que podría ser fundamental para encontrar a los presuntos autores del doble crimen.
El periodista reveló estos progresos de la ciencia en materia de investigación genética que permitirían encontrar, a partir de un ADN extraído de una víctima, no solo la descripción de la tarjeta genética del violador, sino también su retrato-
robot. Chatard manifestó que la Argentina, a pesar de insistentes recomendaciones de Interpol, no ha tomado aún ninguna medida de orden legislativo y, hasta el momento, no se han registrado casos que sienten jurisprudencia al respecto.
El procedimiento que se utiliza en el país compara una lista de 18 segmentos de ADN con los de los sospechosos que figuran en el Registro Nacional de Huellas Genéticas revelando únicamente el sexo de la persona. Mientras tanto, esta novedosa técnica permite determinar el color de ojos, de cabellos, de piel, la anchura de la mandíbula, entre otras.
Fuente: El Tribuno