
A la vera de la Ruta Nacional 75, entre Aimogasta y Anillaco, se encuentra Udpinango, un pequeño poblado con historia profunda, belleza rural y habitantes que aún hoy luchan por no desaparecer del mapa.
Aunque pocos lo saben, en Udpinango se conserva una reliquia arquitectónica de la época colonial: una capilla construida en 1788, dedicada a la Sagrada Familia. De gruesas paredes de adobe blancas, portal de algarrobo y una imponente espadaña donde cuelgan las campanas, esta iglesia fue incluso escenario de la película “Facundo, la sombra del Tigre” de Nicolás Sarquis (basada en la novela de David Viñas, dirigida por Hugo Jusid).
El entorno es casi intacto: frente a una plaza alambrada con un antiguo molino, se alza esta capilla sin veredas ni calles pavimentadas, conservando el paisaje original de fines del siglo XVIII. En su interior, se destaca un cuidado techo de cañizo sostenido por cabriadas de madera, un púlpito sobrio y un retablo de elegante simplicidad.
Olvido estatal y una comunidad que resiste
Pero más allá de su valor histórico y cultural, el presente de Udpinango está marcado por el abandono estatal. El sitio de noticias Eloy Arauco realizó un informe recientemente del lugar y relató en sus redes sociales la crítica situación en la que viven las pocas familias que aún residen allí, aferradas a su tierra natal.
“Apenas ingresamos, lo primero que impacta es el estado del camino: destruido, con grandes pozos de arena y el clásico ‘serrucho’. En moto puede ser peligroso y en auto se aflojan hasta los tornillos”, expresó Eloy Arauco.
Al llegar al corazón del paraje, la imagen es aún más desoladora: oscuridad total, caminos secundarios invadidos por el monte y adultos mayores de hasta 80 años viviendo sin alumbrado público ni acceso seguro. Muchos de ellos dependen de la visita ocasional de hijos o familiares.
“No se trata de grandes obras. Con 5 o 6 luminarias se devolvería algo de seguridad y dignidad a quienes aún aman su lugar de origen y resisten en silencio”, se indicó en el informe.
También se constató que las familias deben turnarse para manipular una llave que provee agua. Durante el día la usan para consumo humano; de noche, la dirigen a estanques para el riego de pequeñas fincas. Pero hacerlo en la completa oscuridad, representa un enorme desafío.
Un llamado urgente a las autoridades
El informe propone la intervención urgente de las autoridades municipales: reparación de caminos, instalación de luminarias públicas y presencia activa del Estado.
Udpinango no solo es un punto patrimonial de La Rioja, sino también hogar de personas que decidieron quedarse, cuidar su historia y mantener viva una forma de vida comunitaria.