El lunes, 10 personas murieron y ningún tema o análisis posterior es más importante que ello, nada está por encima de la vida de estos seres humanos. Sin embargo, es necesario comprender y dimensionar la gravedad de los acontecimientos que desnudó el accidente que vivieron franceses y argentinos.
El primer dato es la precariedad institucional que tenemos. No es un elemento menor confrontarnos con la liviandad con la cual se determina en qué se van a utilizar los vehículos y recursos oficiales. El propio Gobierno expresó las numerosas oportunidades en la cual este helicóptero se usó para acciones turísticas o comerciales. Al mismo tiempo que no se conocen por ahora registros de su utilización como unidad de traslado sanitario (objetivo con el cual fue comprado).
Mientras tanto, nos encontramos con una morgue judicial que no tenía en condiciones los aires acondicionados y tenía serios problemas de iluminación. Situación que los equipos técnicos habían denunciado previamente, pero que nadie tomó en cuenta hasta que diplomáticos internacionales y funcionarios provinciales se encontraron con la cruda realidad al momento de trasladar los cadáveres.
A esta altura de los eventos nadie termina de saber quién era responsable de qué dentro de este proceso. ¿La Rioja prestaba o alquilaba el helicóptero? ¿Qué dice el seguro que la aeronave tendría? ¿Si hay un juicio por parte de los familiares de las víctimas, quién pagará ese resarcimiento económico?
La oposición advierte que va a pedir el juicio político del Gobernador en la Cámara de Diputados. Pero pasan los años y nunca conocemos una sola denuncia de la oposición en los organismos de contralor del Estado. Entonces ahora cuestionan -y es válido que lo hagan- pero también es aceptable interrogarse por qué nunca se conocen dictámenes sobre la supuesta mala administración del oficialismo que se expresa con tanta contundencia en las entrevistas mediáticas de la dirigencia.
No sólo pasa en la Provincia, también en la comuna. Hace menos de seis meses dos personas murieron en un vehículo oficial del municipio de la Capital que estaba realizando tareas particulares (privadas) en territorio de otra Municipalidad. ¿Quién va a pagar el juicio que el Estado municipal capitalino enfrentará?
El accidente y la tragedia que vivimos no es responsabilidad del Gobierno, pero además del dolor de las muertes, enfrentamos la tristeza de ver que ciertas cosas no están funcionando como deberían y que ciertos vicios se repiten. La tragedia nos desnudó en nuestras carencias.