Durante el último año, la incidencia de la pobreza dentro de los jubilados creció más del doble, con el registro de 17,6 puntos porcentuales ya que pasó del 13,2% en el primer semestre de 2023 al 30,8% en el primer semestre de 2024. “Este dato revela que 1 de cada 3 jubilados es pobre en la Argentina y que durante el último año más de medio millón de jubilados (542 mil) ingresaron a la situación de pobreza”, según un estudio.
A esa conclusión llegó el estudio “Pobreza e Indigencia: Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, elaborado por los investigadores Eduardo Chávez Molina (Instituto Gino Germani, UBA- Universidad de Mar del Plata), José Rodríguez de la Fuente (CONICET-Instituto Gino Germani) y Mariana Sosa (CONICET).
El reporte aborda en detalle cómo es la incidencia de la pobreza en distintos segmentos de la población. Y reafirma la gran novedad de los últimos años: hay pobreza creciente entre los trabajadores en blanco y ya no únicamente entre los informales y los precarios, como podría preverse. En el grupo de los asalariados formales la pobreza “ha comenzado a mostrar en el último tiempo una tendencia ascendente, especialmente en algunas ramas como comercio, construcción, industria manufacturera y alojamiento y servicio de comidas”.
El trabajo especificó además la brecha del impacto de la pobreza dentro del universo de asalariados, diferenciando a quienes se desempeñan en la formalidad de quienes no lo hacen: “Se observa una brecha significativa en favor de los trabajadores formales. La proporción de pobreza dentro de los asalariados informales más que duplica la de los formales (64,3% y 27,8% respectivamente). Sin embargo, dicha brecha entre formales e informales viene disminuyendo y ello se explica por el empeoramiento de la situación salarial de los asalariados formales. Esto quiere decir que los asalariados formales pobres crecen más que los asalariados informales pobres.”
En definitiva, la brecha se achicó por las peores razones: quienes trabajan en blanco tienen malos salarios que los acerca a quienes trabajan en negro y, por ende, los hace más susceptibles de caer en la pobreza.
De todas formas, el golpe de la pobreza en el comienzo de este año golpeó a todos los sectores: “En el último semestre los asalariados formales pobres crecieron un 50% (+740 mil personas) y los informales pobres un 27% (+513 mil personas). En comparación con el semestre anterior se observa un significativo aumento de la pobreza tanto dentro de los asalariados formales (pasó de 18,1 a 27,8%) como dentro de los informales (pasó de 49,2% a 64,3%). Asimismo, se observa un significativo crecimiento interanual de la pobreza tanto dentro de los asalariados formales (pasó de 16,4 a 27,8%) como dentro de los informales (pasó de 47,8% a 64,3%).”