Este domingo se celebran las elecciones generales y una de las dudas más frecuentes a la hora de entrar al cuarto oscuro es cómo se contabiliza el voto en blanco en los comicios generales, y si favorece o no a alguno de los candidatos.
En este sentido, La Red armó un explicativo en donde se destaca que los votos en blanco no se cuentan de la misma manera en las elecciones Primarias, Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que en las elecciones generales.
Es preciso resaltar que en las primarias, de acuerdo con la ley, las listas deben superar el umbral del 1,5% de los votos válidamente emitidos, que incluyen tanto los votos afirmativos como los votos en blanco. Por lo tanto, el porcentaje de votos en blanco se suma al total de sufragios de las diferentes listas. Es decir, los votos se contabilizan sobre la base de los votos válidos, lo que implica que los votos en blanco son considerados en el conteo final.
En tanto en las elecciones generales el conteo es distinto. La Constitución nacional, desde 1994, establece que los votos se deben contar sobre los “votos afirmativos válidamente emitidos”, es decir, los que eligen a una boleta de candidatos. Por eso, en las elecciones generales el universo se achica: para calcular los porcentajes sólo se cuentan los afirmativos y se excluyen los votos en blanco.
Al excluir del conteo los votos en blanco en las generales, una agrupación tiene una mayor probabilidad de alcanzar el umbral del 40% o 45% necesario para ganar en primera vuelta, en comparación con si se contabilizaran todos los votos válidos. Esto significa que, con la misma cantidad de votos, una agrupación obtiene un porcentaje mayor en las elecciones generales que en las PASO.
¿Qué es el voto en blanco?
Es un voto “válido”, ya que, como explica la Cámara Nacional Electoral, “representa una manifestación de la voluntad del electorado de abstenerse de elegir entre las diversas propuestas formuladas en un sistema legal de sufragio”. La Cámara entiende que el votante expresa así “su disconformidad con todos los candidatos y con las propuestas formuladas por los partidos políticos”. Esto lo diferencia de los votos nulos, impugnados o recurridos.
Los votos válidos se dividen en 2: los afirmativos, es decir, los que eligen a alguna de las opciones electorales disponibles, y los blancos, cuando en la urna se deposita el sobre vacío o con un papel de cualquier color sin inscripciones ni imágenes.
¿Cómo funciona esto en un ejemplo concreto?
Supongamos una elección con 10 votos y 3 candidatos: el candidato A, el B y el C.
En las PASO, hubo 3 votos para el A, 2 para el B y uno para el C. Los 4 votos restantes fueron en blanco. Así, los resultados serían:
A: 30% de los votos (3 de 10 votos válidos).
B: 20% de los votos (2 de 10).
C: 10% de los votos (1 de 10).
Voto en blanco: 40% (4 de 10).
Dos meses más tarde se celebran las elecciones generales sin cambios en ninguno de los 10 votos. Los porcentajes finales serían:
A: 50% (3 de 6 votos afirmativos válidos).
B: 33,3% (2 de 6).
C: 16,7% (1 de 6).
Voto en blanco: 4 votos que son excluidos del conteo final porque no son afirmativos.
¿Por qué es importante esta diferencia? Porque para ganar en primera vuelta, el candidato debe superar el 45% de los votos afirmativos y válidamente emitidos, o bien debe obtener más del 40% de los votos afirmativos y válidos, y además, superar al segundo candidato en más de diez puntos porcentuales.