La culpa aparece como un sentimiento habitual
en las mujeres sobre todo cuando son madres, ya que este rol supone una gran
responsabilidad, queriéndolo ejecutar lo mejor posible, siendo normal que no
siempre se cumplan o se alcancen las expectativas deseadas. Al respecto,
Antonio Luna médico especialista en psiquiatría
en diálogo con La Red explicó por qué aparece la culpa en las madres y qué
efectos genera, mostrando también algunas recomendaciones para que las mujeres puedan
afrontar mejor su maternidad y disminuir la intensidad de la culpa.
En este sentido, el especialista indicó que “La
culpa es un sentimiento clásico, es una vivencia emocional que las personas
sienten cuando hacen algo o cometen algo, ya sea una conducta, una actitud, un
pensamiento o un sentimiento que esta ajeno o contrario a lo que ha aprendido
como norma ética, como norma de lo que está bien o está mal”.
“Cada vez que una persona hace algo que esté
acertado o equivocadamente y que esté a su criterio vulnerando o transgrediendo
una norma ética va a tener un sentimiento de culpa. Una persona puede tener una
percepción subjetiva de que lo que hizo está mal y otros pueden tener la percepción
del mismo hecho como algo que está bien”, sumó.
A su vez Luna remarcó que “ese sentimiento y el
criterio de lo que esta bien o esta mal no es algo que surja de manera individual
y disociado de una educación, de una cultura, de una sociedad sino por el
contrario, ese criterio se va construyendo principalmente en la construcción
del aparato psíquico en relación a los valores que nuestros padres nos van
transmitiendo”.
La culpa y el contexto social
Asimismo, el psiquiatra aseguró que en este
sentimiento “Influye muchísimo el entorno y el contexto. Vivimos en una sociedad
en donde desde el punto de vista legal, las normas están definidas a través de
contextos que son los que arman las leyes través de instrumentos sociales”.
“Muchas veces las normas sociales, los hábitos,
las costumbres, las modas imponen principios que contradicen a otros principios
de modas anteriores. Con la revolución industrial hubo una transformación
indudable de roles femeninos y masculinos porque lo clásico y lo tradicional
antes de la revolución era que el hombre salía de la casa a trabajar y la mujer
se quedaba al cuidado del hogar y de los hijos”, aclaró.
Cabe destacar que, en el mundo ideal, la
maternidad sólo es fuente de emociones positivas. El deseo de maternar es firme
e indudable. El embarazo y el parto son experiencias colmadas de armonía. La
paciencia, ecuánime. La crianza, impoluta. El estado anímico, estable. El amor,
incuestionable. Sin embargo, en la vida real, maternar es un proceso difícil y
muchas veces hasta caótico aún en mujeres que se encuentren en las mejores
circunstancias económicas, sociales, laborales, etc. El sentimiento de culpa
aparece en diversas situaciones, en donde es imposible ser una madre modelo y
cumplir con las creencias y expectativas que se han marcado.
Recomendaciones
Al respecto, Luna brindó algunas recomendaciones
para comprender y sobrellevar este sentimiento de culpa en las maternidades. "Es
muy importante y valioso que cada mujer pueda escucharse así misma, pueda sentir
su voz y pueda escuchar su conciencia para que realmente ejerza sobre sí misma
una libertad que le permita escoger entre diversas opciones posibles, aquella
que mejor se adecue a su elección de vida. Dentro de lo posible poniendo en muy
segundo plano las opiniones, las valoraciones o las desvalorizaciones que haga
el contexto o el medio social”.
“Es muy probable que una mujer que viva con
culpa en la maternidad tenga menos salud mental”, agregó el profesional. En
tanto explicó que “la Salud mental es el estado de bienestar que una persona
adquiere en relación así mismo, a su entorno y a sus circunstancias”.
AFRONTAR LA CULPA
“Decimos que una persona posee salud mental
adecuada cuando alcanza un estado de bienestar y de armonía en su relación
consigo misma, con sus semejantes y con sus circunstancias y el entorno social.
Para que ese equilibrio pueda alcanzarse en esos tres niveles necesita que esa
persona esté consciente, que tenga un trabajo de reflexión, de pensamiento y de
análisis respecto a qué es lo que ella quiere. Cuál es su proyecto de vida,
cuál es su prioridad”, puntualizó el psiquiatra.
Del mismo modo, el profesional, señaló que “Hay
que tener en cuenta que los sistemas evolutivos no son fijos y estables sino
dinámicos, un bebé recién nacido va necesitar más atención de la madre durante
las 24 horas del día, pero a medida que ese niño o niña vaya creciendo en
autonomía y se vaya independizando va ir necesitando menos atención y menos
presencia de su mamá”.
“Este es un proceso dinámico para que no genere
culpa requiere que la mujer tenga conciencia, tenga claridad, respeto por sí
misma principalmente y secundariamente por su entorno, por sus circunstancias y
la mirada del otro”, sumó.
Además, agregó que “siempre va ser muy
saludable que la mujer tenga un trabajo interior de autoobservación, de
autopercepción porque muchas mujeres aun deseando la maternidad cuando son
madres por primera vez se encuentran con una realidad psicoemocional y
biológica completamente intensa”.
Al finalizar, Luna, destacó que “La maternidad
implica una transformación en la vida de la mujer que es revolucionaria. Este es un
proceso dinámico, no es algo que pasa una vez, sino que va transcurriendo en el
tiempo y se va modificando y así como es complejo, demandante y difícil,
también es gratificante y satisfactorio”.