
Impulsado por la Dirección de Seguridad Vial y respaldado por ordenanza, el programa busca transformar los entornos escolares en zonas más seguras y accesibles para estudiantes y familias.
El programa municipal Camino Escolar Seguro, ideado por la Dirección de Seguridad Vial del Municipio y aprobado por la Comisión de Servicios Públicos del Concejo Deliberante, se prepara para su implementación integral en los establecimientos educativos de la ciudad capital. La iniciativa busca reorganizar la circulación vehicular en torno a las escuelas, con el fin de mejorar la seguridad vial, ordenar el tránsito y fomentar la autonomía de los niños y niñas en el espacio urbano.
La ordenanza establece una serie de medidas concretas que deberán ser aplicadas por el Ejecutivo municipal, a través de la Secretaría de Servicios Públicos y otras áreas competentes. Entre ellas, se destaca la demarcación vial y señalización específica para identificar zonas de circulación, detención breve y prohibición de estacionamiento. Estas intervenciones permitirán una mejor comunicación visual entre conductores y peatones, especialmente en horarios escolares.
“Se trata de una intervención que busca priorizar la seguridad de los estudiantes sin comprometer la fluidez vehicular”, explicó el concejal Alberto Centeno, presidente de la Comisión de Servicios Públicos. “Queremos transformar el entorno escolar en un espacio seguro, ordenado y pensado desde la mirada de quienes más lo necesitan: los niños y sus familias”.
La norma también prevé la creación de zonas exclusivas para el ascenso y descenso breve de estudiantes, prohibiendo expresamente las paradas prolongadas de vehículos en esos sectores. Como condición clave para el funcionamiento del programa, se establece la presencia de inspectores de tránsito, quienes acompañarán a los estudiantes en el cruce de calles y el ingreso y egreso de los establecimientos educativos.
En el diagnóstico que fundamenta el proyecto, se destaca que la ciudad presenta una estructura urbana concéntrica, con alta concentración de actividades comerciales y administrativas en la zona central, lo que genera una presión significativa sobre el tránsito. Esta situación se ve agravada por el uso predominante del automóvil particular, en detrimento del transporte público, la bicicleta o el desplazamiento a pie.
El programa Camino Escolar Seguro no solo apunta a ordenar el tránsito, sino también a recuperar el rol activo de la infancia como usuaria del espacio público. “Muchos niños han perdido la posibilidad de ir caminando a la escuela por el riesgo vial. Esta iniciativa busca revertir eso, fomentando la autonomía y la participación ciudadana desde temprana edad”, agregó Centeno.
Actualmente, el programa ya se encuentra en marcha en algunos establecimientos, como el Colegio Sagrado Corazón y la escuela Telechéa, donde se observa la presencia de inspectores y señalización específica en horarios críticos. El objetivo a corto plazo es extender esta experiencia a todas las escuelas del centro de la ciudad y, progresivamente, al resto de los barrios.
“Es un paso más hacia una ciudad más segura, pero también más inclusiva y educadora”, concluyó el edil.
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